Piotr Ilich Chaikovski.

Espíritu
de Voltkinsk,
cisne de lago
en Borodino
o ígnea Rusia
Alejandrina,
marchando
en obertura
su locura
perseguida,
musitando
orfandad
y Cascanueces.
¿De qué vale
ser cinco
cuando existe
sólo uno?
¿Quién juzga
en concierto
otro fracaso?
¿Cuál es el cielo
del averno
mientras duerme
Antonina
en el abrazo?
¿Qué madre
en sujeción
de parca
arrastra amor
por internado?
¿Dónde hay
jurisprudencia
en el Romeo
delirado
de Julieta?
Sanción
en pesadilla,
Bella durmiente,
recuerdo
de esperanza
que prodiga
creación
y desamparo
Lecho epistolar,
Oneguín naciente
en su Nadiezhda
devota
de capricho,
y adiós sostén
que condena
la innatural razón
de esoterismo.
El hervor final
agita el cuerpo,
su cólera postrer
hace memoria,
maternal Patética,
que en hálito
suspende
el nombre fugaz,
Filarétovna.