Poder que reina

Desfigurada,
mi vista desgarrada,
ahora guarda oscuridad,
en mis rincones por siempre aciagos,

temores en cielos
pintan los suelos,
con la sangre de dios,

ennegrecida petrificación,
putrefacción blanca,
supura solo visceralidad,
donde la realidad todavía es carne,

sucumbirán mis percepciones enfermas,
al vacío de una atemporalidad,
que fue caos,
ahora impotencia,
tan abismal como inabarcable,

el verdadero poder que reina,
es el que no desvanece,
aún cuando todo muere.

 

Este poema refleja la lucha entre la percepción humana y la fuerza inexorable de lo eterno. La oscuridad y el caos invaden los sentidos, mientras la carne y la realidad se desgastan bajo el peso de la impotencia. Sin embargo, en medio de la descomposición y la desesperanza, se revela una verdad inmutable: el verdadero poder no desaparece con la muerte ni con el tiempo; persiste más allá de todo final, recordándonos la existencia de fuerzas que trascienden nuestra comprensión y fragilidad.

Saludos Cordiales