Poetisa crujiente

No hay poesía que valga

en este camino que nunca empieza,

puede que la soledad del polvo envuelto en un rayo

fluya en el lugar vacío en el que siempre se acaba

más allá del ego del sol,

aislada sin ningún motivo

coleccionas sombras como respuestas sin sentido,

y hace tanto tiempo que los zopilotes

no te mandaban señales

que sueñas con regresar del desastre,

¡ah qué desgastado vergel de cartón!

¡Qué sentimientos perdidos!

Si no encuentras sabor en las cosas...

y habrás de aguantar ser nombrada nefasta

cuando la batalla nada más acaba de empezar

porque esa es la obsesión del verso,

regresar del varadero de los huesos.