Relatos de un corazón desordenado

Estaba pronosticado, adentro del pecho llueve,
cerca del miocardio el frío se hace sentir,
bastante golpeado, pero el corazón se mueve,
porque a pesar de estar roto aún quiere latir,
si siempre he sido así, no esperes que me renueve,
sigo siendo el mismo tonto que no quisiste elegir
demasiado consiente que el amor duele,
por eso preferí que me duela a mi antes que a ti.
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Si soy más cicatriz que piel, pero me sigo ilusionando,
y debe ser porque no puedo esperar algo malo de la gente,
no se mentir, sí creer, no vivo bajo ningún comando,
debato mi hacer solo entre los latidos y la mente,
soy indiferente con el rencor, termino perdonando,
aunque eso no significa que olvide el daño envolvente,
solo significa que a lo mejor, no estoy para estar odiando,
y lo único que quiero es algo de paz por este ambiente.
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Aunque constantemente termine por recibir una bala perdida,
o me asalten los fantasmas del pasado que se aparecen,
yo sigo hacia el frente, solo pongo una sonrisa en la herida,
porque nada es excusa para vivir en un martes trece,
y sí, sé muy bien que puede haber contradicción en mi saliva,
si solo doy vueltas y vueltas a un mundo que no me pertenece,
pero aún con todo, si esta piel demacrada aún abriga,
quiero tener un abrazo hasta para quien no se lo merece.
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Y sé que hay veces que la soledad castiga y aterra,
que parece que navegas en un barco en el que no se rema,
y por eso mismo escribo, porque el verso no se cierra,
y es el más bello escape que le he encontrado a los problemas.
Si tengo noches que soy el más feliz en plena guerra,
las mismas noches que todas mis dudas están serenas,
así como hay noches en las que solo me quedo en la tierra
porque ya se me hizo tarde, y la luna esta llena.

 

Muy bueno. Somos parecidos. Quizá, italianos.