RENDICION ( para ti, mi sultana )

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Que se oxiden los botes de las rubias,

fuera rizos de las de piel tostada,

las trigueñas no sirvieron de nada,

de mi pasado solo quiero Lunas.



Poco importa abrazar la cobardía,

mi navaja ya no verá la luz

pues hay un corte, ese que tienes tu

para endulzar el resto de mis días.



Sano el mono con mi nueva adicción,

como terapia entierro recortás,

su ávida lengua cicatrizará

los descosidos de mi corazón.



Limpio el altar para mi bella Diosa,

ansía mi boca solo besar sus pies,

su existencia me ha regalado el bien

de descubrir lo hermoso de las cosas.



Cuando la miro creo en el Edén,

solo una cosa la quiero exigir,

que cuando muera, mi ultimo sentir,

sea el de su mano acariciar mi sien.​

 

Joé, tano, qué cosas tan bonitas que le dices a tu sultana. Debe estar emocionada, sorprendida y rendidita a tus pìes, gitanón.
No creo que pueda negarse a nada de lo que le pidas, piquito de oro. Besazos, tanito.

 

Te has rendido a sus pies, Tano
eso está bien se lo merecen todas
y más tu sultana...que és como tu diosa
Bellos versos románticos y pasionales a la vez
Un lujo leerte Tano
Un abrazo desde mi costa valenciana

 

Mi adorada SUSI. Nose si a ella le habrá gustado o no. Quiza podrías preguntárselo tu, que la conoces más y tendrá más confianza contigo. Trasládame la respuesta, amor.

De paso, si su respuesta es positiva le dices que conserve bien el corte (ese que tiene ella), que no quiero que pierda un ápice de su dulzor, que ese dulce es justo del sabor que a mi me gusta y que creía inexistente.

¡ Te quiero mucho, mi Reina !

 

Muchas gracias SERGIO, Si para ti es un lujo leerme, para mi es un lujazo recibir tan expléndidos comentarios de tu parte.

¡ Un abrazo desde mi secano madrileño !

 

El amor y su fuerza. Puede sacarte de las tinieblas y elevarte a la luna con un simple roce. Has tejido unos versos con dulzura usando palabras duras, ese mi querido Tano es el milagro del amor.

Estrellas infinitas

 

Amiguísima ANA. Efectivamente el amor puede lograr, si no milagros, cosas absolutamente alocadas e inexplicables, para bien y para mal, pero eso forma parte del encanto, quizá sin los momentos amargos no seríamos capaces de apreciar el sabor dulce con el que en ocasiones nos deleita.

Muxuak, guinda del Botxo.