Rosas

Dulces momentos de recuerdos
Que se ensañan a seguir viviendo
Como la hiedra venenosa del jardín
Maldición para las rosas de carmín.

Tanto tiempo meditando mil cosas
Que ni una moneda de plata ofrecen
Pensando que algún cercano día
Esta mísera agonía llegara a su fin.

Nunca he entregado más ni menos
De lo cual yo mismo espero
Pues en la vida hay pocas cosas
Que se pueden comparar con rosas.

Una rosa te entrego aquí mismo
Para que recuerdes a este servidor
Con quien un día compartiste un camino
Y que nunca espero un adiós definitivo.​

 

Hay un poema de Martí sencillamente sublime que aprendí de niño y solía recitar en cuanta ocación se me presentara. Hoy la lectura de tu texto lo ha actualizado en mi memoria:

"Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca

Y para el cruel que me arranca
el corazón conque vivo
cardos ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca"[/I]

Realmente no lo entendí hasta que comprendí la esencia del cristianismo. La rosa, de una u otra manera, es una clave mística, que lleva en sí la fuerza del dolor y de la reconciliación humanas.