Semillas de girasol

Semillas de girasol junté justo a orillas del sol,
y éste se puso, se opuso y creo que se reusó a verme felíz,
no le hice caso y en la noche me puse a contarlas sobre una cosecha de maíz,
estornudó mi naríz, y al tambalear mi mano derecha, se cayeron algunas.
De echo, descubrí que eran personas y no semillas,
descubrí que eran más de mil,
mientras un colibrí hacía de las sullas sobrevolando la naturaleza y sus maravillas.
Bien mis ojos abrí y los observé de lejos al pasar los minutos,
entre gritos, los encontré tan vivos pero tan diminutos,
los encontré perdídos, tratando de encontrarse los unos a los otros,
todos humanos, unídos como hermanos,
jovenes y ancianos, extranjeros y cuidadános, atéos, judíos y cristianos,
encontre primiero en mis manos y luego en el suelo,
me encontré sirviendoles de desahogo y de consuelo,
el tiempo seguía su rumbo, el ave apuraba su vuelo,
el abuelo de la pequeña civilización con todos charlaba,
contaba anecdotas, e historias inventadas, que con atención yo tambien escuchaba.
Derrepente, me señaláron, me preguntáron ¿quién era?, ¿de dónde venía?
Simplemente les contesté que no era nadie, que no venía de ningun lado,
Que solamente era alguien más, quien como ellos se sentía perdído y algo confuso,
al tratar de no ser para ellos un intruso, al tratar de esquivar el fracaso.
En eso, intentaron evadirme con su proposito de ignorarme,
me arme de valor pretendiendome irme,
y como si teniendo el derecho no me dejaron y se me tiraron al asecho.
Pero yo era mas fuerte, practicamente ante sus miradas un gigante,
los enfrenté, frente a frente, uno por uno, y los vencí.
En sí, me rei sin ellos, me vi burlandome de ellos como un vándalo,
y entre el escándalo apareció un brujo, quien dedujo que renacería mi enojo,
me implantó un echizo que hizo que me encojiera al tamaño de mis contrincantes,
quienes me dieron la bienvenida a su mundo con palazos,
patadas y golpetazos dejandome inconsiente y sin dientes.
En el fondo de mi memoria no paraban sus carcajadas,
y al despertarme con los rayos de sol deduje que era una más de mis pesadillas.
Había tomado alcohol la noche anterior hasta perder el control
en los regazos del sillon alumbrado por la tenue luz de un farol.
El girasol y sus semillas,
el dolor apasiguado por botellas y mis pesadillas,
sin anillos en mis dedos, sin collares en mi cuello,
y la sencilla manera en la que soy yo.

 

Primeramente, si no lo he hecho, te doy una bienvenida a esta familia virtual esperando que tu estancia sea placentera...

Y felicitarte por una excelente aportancion con la que te presentas...

Abrazos fraternos,

 

pues que bien me tuviste riendo y preguntandome-- que diablos?! pero que bueno el final! me gusto mucho.