Ser tan mortal

Todo va muriendo

desde la madrugada

llegada la madurez

la salud naufraga.​

Desde que me hallen muerto​

todo cambia, ya para nada soy dueño
de ropa, esposa, habitación o perro.

El destino final es incierto,

frágil incipiente, débil.​

—el muerto va con el cochero—

Las etapas de la vida

se consumen por entero

sin sobra ni retazo

—es certero—​

La niñez se esfuma de prisa​

—la vejez dura un poco más—

La juventud, breve tempestad;
la belleza se disipa pronto
semejante a la neblina al clarear;​

el tiempo de amor ardiente

—pasión febril—​

a pesar de los halagos mutuos

se torna triste​

mutable como el atuendo;

la riqueza da avaricia​

tuerce la ambición por lo bueno
oprime el corazón en demasía;

la vida es breve, alegre

esperanzada, tierna​

concomitante con la muerte.

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