Sigo siendo esa niña

Sigo siendo esa niña (1a parte)

Intento recordar que cosas hacía de niña, que cosas me hacían feliz, con que disfrutaba…….
Y creo que los mejores momentos de mi vida fueron los que, aún intuyendo que no me iba a gustar nada el mundo adulto, me aferraba a mi infancia, quizá demasiado, y a los sueños que cualquier niña puede ver como posibles.

No, no quería crecer. Sabía que llegaba un momento en que dejabas de disfrutar y de hacer las cosas porque te apetecían. Sabía que la seguridad que me daban mis padres y mi hermana, y nuestro piso no sería eterna.

Quizá no debería haber pensado en ello antes de tiempo. Quizá el hecho de haberlo pensado me asustó aún más, disparó la alarma que sonaría siempre en mi interior.
Cuando esta alarma se hace crónica, ya no sirve para avisarte de un peligro real, sino que cualquier hecho se convierte en un potencial peligro, incluso una misma, o las demás personas.

Es devastador que una niña pequeña pierda la esperanza y crea vehementemente que no quiere vivir. Que la vida no le da alicientes suficientes para luchar.

No obstante, aprende a luchar porque no le queda otro remedio, pero le asalta la desesperanza una y otra vez.
A veces quiere tirar la toalla y incluso lo intenta. A veces vivir se presenta de manera tan dolorosa que no se encuentra consuelo en nada.

Y creces con miedo y desconfianza. Creces con un sentimiento difícil de explicar y compartir con las personas a quien más quieres. No sabes como no asustarlas, como no preocuparlas; y a veces sin quererlo las alejas de ti misma….

Quisiera volver a ser niña y creer que esos sueños podían llegar a ser posibles….. tal vez el mundo adulto hubiese sido distinto


Sigo siendo esa niña (2a parte)
En sus ojos se puede ver la desolación,
pero lo que no se puede adivinar es de donde procede ese desarraigo,
esa lucha perdida de antemano.

Para algunos es una antigua soñadora que un buen día destronó la realidad
Para otros es una perdedora que se ha rendido.
Para otros se ha perdido y tal vez algún día se reencuentre.

Para mi es una heroína que se enfrentó con sus miedos, que aún sigue enfrentada con ellos pero lejos de lo que puedan opinar los demás, no se auto compadece, sino que observa a la espera de encontrar las armas con las que batir a sus enemigos, sus propios miedos paralizantes.

Esos que paralizan los sentidos y hacen que todo sea un peligro, que cada decisión sea demasiado importante para tomarla, que cualquier contacto externo haga replantearse todo lo interno.

No es una niña desamparada. Es una niña que busca aprobación, la aprobación deseada desde que su recuerdo puedo alcanzar.
Y yo creo que aún sin saberlo esta empezando a rendir cuentas sólo a ella misma.

 

Bonitas tus expresiones y con gran distincion en todos tus palabras que conmueven.