Sirena

Rumoroso corazón de crustáceo,
exótica Sirena que el mar
depositó en mi playa letárgica;
amén la sonrisa de tus labios,
me inspiras indagar tu tristeza:
¿Lloras por tu amor perdido?

Sé, de la fuerza que infringió
la natura celosa y abismal
para ofrendarle en ti, a la resaca
que soy; viejo lobo sin más navío
juvenil ni viento de ilusión,
nada menos que un fresco amorío.

Vuelve, vuelve a la mar y dile
a ese agradecido Neptuno cordial,
que mucho más le adeudo yo.
Dile que prescindo serenísimo,
del ‘turbado favor’ que me dedica
y más prefiero su ron del Kraken.

¡Vuelve a la mar, Sirena!
Vuelve a los brazos de tu jovial
Tritón, y dile que pronto seré
padrino de vuestras nupcias;
en cuanto acaecido mi meridional
naufragio vespertino inaplazable.

 

Hermosa obra mi querido Juan. Un encanto. Me gustó. Un placer leerte. Besos con cariño.

 

Muchas gracias, Yaneth, placer el de tu atención.
Besos y cariño.