Sobre un credo surrealista.

Sobre un credo surrealista.

Hablando con los gusanos que habitan
las ruinas del prometido cielo,
André y Salvador se asesinan,
el uno al otro,
con hartos bombardeos
de gélidas conclusiones.
Así contaban los primerizos
brotes de padrenuestro, que pretendían
ser umbrales, vestidos de luto,
y convertirse en puentes
espiritistas.
Para llegar al amanecer en Mercurio,
o en el fondo del mar,
o en el déficit antinatural,
o en ellos,
o en mí.
Hasta que por fin se cumpla el milagro
-que ellos así llaman-.
El tan esperado momento,
en que los jueces se estrellen
contra sus propias acusaciones.
Hablando con los verdugos
del tan amainado infierno,
Salvador y André se imaginan,
a ellos mismos frente a las tres puertas.
El Pasado,
el Presente
y el Futuro,
sentados en la misma mesa,
listos para una orgía de sangre
morbosa y liberal.
Y un propósito de carne quemada,
hizo que en tu vientre,
se desarrolle el promotor de la decadencia,
del ser humano,
de su casa,
y de sus beneficiados y silenciosos,
penitentes.
Para ver el anochecer sentado
sobre alguna hoja de mi limonero,
y sobre todas las cosas
emborracharme de placer,
al ver como se destrozan, poco a poco.
¡Sírveme otra copa André!
que la noche es larga,
y la idiotez humana, al fin, no tiene fin.

Valentín V.
​

 

Buenas líneas Valentín.

Gracias por compartirlas.

 

Gracias a ustedes por darme el espacio, a veces quisiera que más personas lean estos poemas. Me es de gran utilidad conocer sus opiniones.