Sol Trunco

Sol Trunco

Fácilmente, tenuemente.
La fragilidad de la rosa se estremece.

Tiemblan los pétalos mustios.
Sombra de tierra infértil,
Acorralan las raíces heridas.
Sangrado profuso de un sol trunco.

Es que no se debe de aguar el rosal.
Ahora ahogado entre tanta miseria.
El pantano negro de los sentimientos profusos,
Reclama la vida que ahora mengua.

Es el olor a lúgubre.
El que enferma el corazón dolido.
Y las venas de la hiedra.
Ahogan…estrangulan con fiereza,
El rosal ardido.

Y a mi el estiércol me consume.
Entre tanto gusano.
Mis pies sangrantes y podridos,
Pasean sus dedos por la carencia….la apariencia,
De las tumbas blanqueadas por el deseo,
Mórbido y sin sentido.

Que es bien sabido,
Que no es de brujas el cazar,
Ni de cristianos el odiar.
Mas bien es de laberintos el azar,
Y de Jesús el desierto y la sal.


Que no tiene agurmento,
Ya te lo advierto.
La dicha del destino,
La rosa
Y el camino.

Y es mejor morir bajo el sol trunco.
A medias.
Con el frío y el calor a cuestas.
Percibiendo los parásitos del muerto,
Revolcándose en nuestro centro.

Así acariciar la ira.
Con la yemas de los dedos….vigilia.
Asechar a la rosa asfixiante.
Pudrirse en lecho de sangre.
Y ver crecer a la vida,
Desde la muerte hilarante.

MTC