Sueño de advertencia

Llegó el final de uno de mis mejores días.
Obscurece.
Me siento agotada, felizmente trastornada.
Llega un reflejo de pantalla enorme sin protector,
me ciega, exalta mis neuronas y cada una de mis fibras.
Cuando reacciono, camino, corro,
ando de una manera que mis pies no sienten los pasos.
Voy de la mano de una lluvia universal parémica de dudas,
Frío viento y mucha compañía.
Pero con un avatar que resalta mis pálidos labios,
vestida fuera de mis conocidos gustos.
De la mano de algunos amigos que hoy veo más altos.
Les grito y no me oyen, tengo frío como nunca antes
Y comienzo a buscar a mi mejor amigo
en esa multitud que me arrastra.
¿Dónde estás?, ¿Dónde están mis mejores amigos?
Tú, mi Clara, albor de mujer de marzo y ornato de mayo
que embalsamas con un madrigal de compañía eterna.
¿Dónde tú, mi Juan?
Escarbo cada milímetro y falla mi cometido.
Anhelo que vuelva a oscurecer y acabe ese día.
¡Ah!, llega de inmediato y pierdo su compañía.
Sólo quedo conmocionada con mi olor a formol
y arena fría que me tapa.