Te dije

…Y quiero vomitar, no tengo rostro
Por algo me duelen las sienes
me duele el perro histérico que lanza mordidas
justo donde la noche tranzó tus cicatrices.

¿Qué quieres que te diga?
-Desvarío-

La verdad es que se nos exige tanto:
Que el poema tenga lacito
que no corte por los filos
y que huela a perfume francés (silencio extraño)
… … …
Que si no, no es poema
... ... ...
(No vale; no entra; … … …)

Como si el objetivo del poema
fuera que quienes no viven poemas, lo leyeran.
¡Ni que se tratara de un ente extraterrestre!
¡Comestible!

Y ya te dije que quería vomitar
¿qué parte de “me duele el rocío” es la que tú no entiendes?
Por favor, deja tu alma en la nevera
Justo ahí, sí, entre la luz amarillenta y la rejilla

… Ojalá comprendas

César Guevara. Mayo y ni por el carajo llueve... 2020
​

Presiento que otra vez
me van a leer poco.

 

Cierto, hay letras que no son poemas, pero quien
lo dice? Por lo pronto el tuyo me encanta, te dejo
un beso cariñoso que se apriete en tus mejillas.

 

Las letras hablan y revelan unas veces la tristeza y otras la alegría.
Un gran saludo cordial

 

Anamer de los bucares de este mundo... ¿cómo estás, Poeta? Yo tengo rato esperando un mayo de araguaneyes y apamates que no llega. Y tengo sed, viendo películas e inyectándome rock en los oídos a ver si funciono.

Gracias por tu generosidad.

Imagino que aceptarás un beso volado... que se plante en tu mejilla.

 

Pues mucha gracias por haber estado aquí, Rosmery Poeta. ¿De verdad quieres cargar con ese peso en tu memoria? No te lo recomiendo, pero gracias, gracias, gracias desde mi corazón.

La vida sí es jodedora, ¿verdad?

Un abrazo fuerte, compañera. Todo lo bueno para ti.

 

Es exactamente así, mi compa.

Aprecio mucho que haya venido hasta acá. Un apretón de manos desde este rincón del mundo.

 

Con mucho gusto me tomaré ya mismo, en su honor y a su salud, una copita de brandy. Y vale lo del abrazo, jajaja.

 

cuanta melancolía dejas en tu poema


siempre grato leerte

 

Disculpa la tardanza. Me distraje por la vida. Gracias.

Espero estés bien.

 

En el fondo, uno se quiere, compañero. Y agradece la empatía de personas como usted, ante poemas tan ácidos y dolidos como este.

Saludos hasta su Habana.