Te leo veinte veces

Te leo veinte veces para descubrir si estás aquí
y para sentirme especial cuando me miras,
te leo veinte veces y paso página para seguir
sonriendo cuando tus piernas caminan.

A tu lado he aprendido el viejo arte de amar
contramarea y con el agua en calma,
recuerda el viejo adagio que ha de rezar:
“donde hubo fuego, hay condones bajo la cama”.

No me arrepiento de los besos que hemos compartido,
lo que me duele es la lujuria que se va
directo a semifinales sin jugar ni un partido
y yo aún sigo en octavos de final.

Te leo tantas veces como me es posible
y sigo imprimiendo tus dedos en mi piel,
aunque algunas veces creo que es risible,
otras te amo tanto, que se siente bien.

Hace un tiempo me prometí olvidarte
pero presiento que yo mismo me fallé,
perdona, te lo pido, por recordarte
pero el maldito tiempo no quita mi sed.