Tu castigo por amarme

El brillo metálico de la luna, como un broche impregnado de brillantes ha perdido su fuerza.
La misma luna que un día fue mi guía, mi ceguedad, mis atisbos de avaricia; ahora huye dejando una impenetrable capa de tinieblas.
He perdido por voluntad propia mi deseo de seguirte, ahora recojo cada añico de aquellos irreales pensamientos.
Tu amor fue un vuelco para mi corazón, las palabras fluían con más venganza y ambición que mi propio dolor revestido de esperanza muerta.
Ahora no me queda más que escuchar al destino.
He vagado demasiado mintiéndole a mis propios pasos, ahora veo que nunca estuve ciega y mi única ceguedad era la perfecta claridad de mi visión.
El engaño nunca fue una solución, la huida nunca fue una eterna desaparición.

Impulsado por tu propio ser recordarás como si fuera tu único recuerdo mis ojos hechizados bajo tu influjo.
Revivirás mi sombra y querrás ser tú su astro.
Cuando vuelvas reviviré tus actos hipócritas, y cuando tu esperanza empiece a fluir, huiré mutilando tu atormentado corazón, ese será tu castigo cuando me ames más de lo que una vez te pude amar yo.