Tú, yo y mis deseos.

Ojalá pudiera volver a caminar contigo esta noche,
ya no lo llamo sueño, pues tus manos y tu aliento he sentido y no creo en lo ficticio.
Me cautivaron tus silencios, tus besos y tus delirios,
aunque es cierto que poco escuché tus deseos.
No tenias voz en mi paseo y yo miraba tus labios con la inmensa agonía de recordar un poco de tus versos.
Solo recuerdo tus pasos firmes,
tus decisiones de que yo debía seguir a tu lado a pesar de entender que pronto despertaría y todo acabaría.
Me esforcé, de veras, y me dieron las doce del medio día,
no quería despertar y seguir con esta letanía.
No eras, toda la verdad sea dicha, lo que en mis sueños hubiera construido,
pues tu simpatía, siempre quedaba entre dicho,
pero tu forma de querer , de conquistar y mas que me callo, hacen que siempre te guarde en mi regazo,
y como recuerdo agradable, te guarde en el cofre de mis deseos imborrables.

PD. Que privilegio es pasear de noche y recordar sin luz lo vivido.

SHA

 

Algunos poemas como éste despiertan el verdadero amor entre los enamorados.
Profundas búsquedas, sueños e inquietudes mueven la imaginación y se reflejan en este extravertido poema. Me gustó leerte, te saludo cordialmente.
Xesús

 

Muchas gracias por tus palabras, Eban, no sabes cuanto me alegra que te gusten estas letras.
Un abrazo poeta.

 

Encantada quedaría, si estas letras te sirvieran para guardar las cosas buenas que, a veces queremos vivir siempre y no podemos.
Muchas gracias, poeta.
Un beso...

 

Muchisimas gracias Xesús, por tus palabras que me animan a seguir contando lo que sueño, lo que habita en mis penumbras, en mis salidas nocturnas.
Un abrazo poeta.