un mundo soñado

¿Que es eso que miro por las noches?
¿Es que acaso son los serafínes que derraman su incienso sobre mi cabeza?
¿Y que es ese aroma que invade mi percepción?
¿Has oído entonces mi súplica y tu espirítu se ha aparecido ante mí cuando herido estaba?. Dime, ¿es eso, o simplemente he enloquecido?.
Y es que han atormentado en interminable procesión, uno tras otro; cada sentir, cada pesar que ha desfilado por el alma, ya de por si borracha de incertidumbre y terror.
Si, y he vistoflotar sin destino, en varias frases, en varios idiomas, vagando por el mundo todas estas súplicas hechas por amantes que en secreto esperan la llegada de su doncella: Las primeras, ostentosas en su pomposidad; cada una tan única y especial como la que le antecede. Cargadas todas de esperanzas y deseos que hacen aún mas lento su andar.
Las segundas, por el contrario, se deslizan entre las sombras, y avanzan rapidas, desconsoladas, deseando nunca llegar a su destino, porque saben que su misión es para causa dolorosa, y que en algún punto desfiguraron su rostro para que su significado no pueda ser descifrado jamás.
Una tras otra, y así, como las primeras con la alegría de las almas que han sido admitidas en los cielos, las segundas con el semblante que tendrían aquellas almas que marchan hacia el purgatorio.
Me burlo mientras tanto de las personas, porque aunque cada vez están mas cerca de descubrir el secreto, nunca lo han hecho, y nunca podrán lograrlo; pero yo sí. Y he contemplado el principio y el fin de los tiempos. Y he cerrado los ojos y abandonado el cuerpo físico para viajar en espíritu al lado de mi amada y velar por su sueño, y cuidarla así noche tras noche hasta el amanecer de cada día.
Por ello me han llamado loco, y esque lo que la gente no alcanza a comprender, es inadmisible para sus capacidades aceptarlo. Por eso no han conocído la profundidad del sentimiento del amor y de la pasión. Y por eso no han conocido la escencia del ser humano en su máxima expresión, pues han percibido solo un debil rayo de luz.
¡Ah! pero yo estoy ausente de ellos, porque estoy enamorado, lo confieso. Y el mundo no existe para mí, ni los cielos, ni la vida ni la muerte. No hay nada, nada mas que ese bello querubín de cabellos de sol y labios de dulce fruto que te embriagan de recuerdos, de historia y de pensamientos. ¡Como olvidarla omnipotente Dios!. ¡Como alejarla de mi memoria!. ¿Como poder arrancar mi corazón y todos sus sentimientos y no obstante seguir viviendo?
Oh inmensa paradoja, tan grande como lo que siento.
Oh grandioso pesar. ¿Habrá otra en la faz del planeta que pueda ser digna rival?. ¿Habrá una que me haga olvidar los dulces y tan cortos momentos que aún anhelo?.
Hoy imploré al padre del tiempo que la vida no prosiga. No, sino que en vez de eso la retroceda hasta llegar a aquellos días que cada vez se pierden más en las profundidades del pasado. Que detenga la marcha una única vez, y para siempre ya en aquellos días de caricias eternas y expresiones de amor que llenaban la atmosfera de aquel mundo perfecto, de aquel mundo soñado....de aquel mundo ya abandonado.
¿Y que decir de ella; de ese espectro angelical que me responde cuando la tibia brisa me baña con sus caricias en las noches melancolicas?
¿Y como olvidarla, si mi vida gira en torno a la suya?
¿Y como liberarme, si su mirada y su sonrisa me han esclavizado?
No, esque la vida ya no me pertenece, y hoy vivo por ella, y solo para ella...
Hoy volví a contemplar todos esos pensamientos flotar alrededor del mundo, pero ahora tienen nombre:
Las frases ostentosas en su pomposidad, cada una tan única y especial como la que le antecede, y que están cargadas todas de esperanzas y deseos que hacen aún mas lento su andar; esas tienen mi nombre, y van dirigidas hacia ella. Las segundas, en cambio, aquellas que se deslizan entre las sombras y que avanzan rapidas, desconsoladas deseando nunca llegar a su destino porque saben que su motivo es para causa dolorosa, están dirigidas hacia mi, y es ella quien las envía, solo que me hicieron dar cuenta de que yo, en mi despecho, en algún punto desfiguré el rostro de todas para no descifrar su significado nunca, y alterar así toda la percepción; pues ahora sé que los serafínes con su incienso solo me prevenían diciendo que no me amabas, y que lo que pensé que era tu espíritu que curaba mis heridas era solo tu recuerdo que abría otras nuevas. Pude darme cuenta, finalmente de que el padre del tiempo si escuchó mi súplica y retrocedió la vida; Solo que no me pudo llevar hasta aquellos días de caricias eternas y expresiones de amor que llenaban la atmosfera de aquel mundo perfecto y soñado, porque aquél mundo perfecto, porque aquél mundo soñado, nunca pudo ser encontrado.