un pedazo de su noche.

me fui con ella.
caminamos setenta años por su desierto.
nos dejabamos guiar por los magueyes de humo azul.
atravezamos cadaveres enteros y huesos de pelicanos.
descansando en la columna vertebral del eco de aquellas risas.

sus labios buscaban un abrazo, y la marea del cielo subio.
un anciano bajo de su silla de ruedas y dijo
¨los mire desde el otro lado del mundo.
solo queria asegurarme que habia alguien¨.

se alejo tras su sonmbra, con una danza dedicada ala muerte.

caminamos setenta años mas de regreso
hasta encontrar una milpa sembrada de seres
que se marcharon al ver que eramos reales.

un camino nos tomo de la mano
y nos llevo a su niñes que vivia en
un cementerio descarnado.

me invito un pedazo de su noche
pero no habia fuego para encenderla.
agarre lumbre de un demonio que correteaba
ancianas, con rebozos tejidos de sueños.

luego salimos de la tierra
a un mundo que hizo con sus propias manos
y se fue, seduciendome con sus alas
sucias por tantos años.

 

Hermoso poema, me gusta como escribes.

 

muchas gracias ludmila