Una de aquel ramo para ti

Una de aquel ramo para ti,

a tu salud pasada,

anfitriona de muerte tardía,

que entre demás rosas convertía

a ti, en selecta entre ajadas.


Alma viva, lumbrada.

Que antes mejor todavía.

Antes, donde todo ardía

por fuego de espinas enrabiadas.


Púas de nigromancia,

Bajo pétalos vivientes,

que conceden tu arrogancia


de vivir vida placiente,

respirando en su fragancia,

Que espinas queman, nuevamente.​