Una niña pequeña

Yo, que tantas veces camino entre pendientes,
azotado de salitre y peces muertos,
de riesgo y de dolamas,
ví a una niña pequeña, entretenida
con sus propios salticos simpáticos y dulces;
y, cuando dijo adiós a mi sombra que lloraba,
quitó lo gris del tedio.
Brincó a mi ser con cuica de alegría,
Mi tristeza escondió con salto de isospín...

Hay que saber que la vida tiene pocos años
y fluye hasta que no queda más onda en que vibrar;
sonríe y dice adiós, niña pasajera, pero te hereda
un deliquio de órbitas que valen por los siglos.
¡Que codifican los genomas para la eternidad!

2-3-97 / Del libro «Tantralia»

 

Se escapa y no se alcanza, en fin vivir solo nos cuesta vida...
un delito no haber pasado.
K

 

La vida nunca llega ha ser vieja, siempre es una niña viajera, excelente profesor. Aunque mi comentario no sea tristeza escondió con salto de isospín... Un gusto leerlo, un abrazo.

 

Gracias, reltih, oor tu fiel lectura.
saludos, carlos

 

Es que una sonrisa
o quizá un nada que envuelva a un todo
basta para hacer de ese día gris uno azul...
y ya luego los pasos como que encuentran
su propia línea.
un gusto pasar
Abrazos para usted.
​

 

Agradezco la lectura, Sabrina.
saludos, carlos