Una promesa

Una promesa

Y qué será de mí si me he fugado,
ya no serás sonrisa ni lamento;
ya no verás el tenue sentimiento,
ni la insistencia eterna que ha marchado.

Señora, por favor, lo que he jurado
es silenciar el alma, el pensamiento;
pero en todo verá que hay reglamento,
espero respetemos el tratado.

Si se me acerca, entienda mi desprecio;
omitirla es mi lógica booleana:
las puertas se han cerrado, no hay caminos.

Y si me encuentra piense que es el precio
que debemos pagar en el mañana
por claudicar al tiempo y los destinos.​