V de Vida

Hey, ho. Let´s go


Yo te iba a contar algo bonito
que no hiciera referencia a la mierda
ni a temas acabados en un pozo
lleno de céntimos por deseos.

Pero la verdad es que estoy jodida,
me he caído por la escalera
ayudando a unos abuelos
que son más buenos que el pan.

Todo esto me ha dado para escribir
porque al fin y al cabo así soy de gilipollas,
me meto una hostia y hago versos
con la cara de Manolo y Antonia
y su santa paciencia esperando el desahucio.

Hay cosas que nunca voy a entender
por mucho que haya estudiado mil cosas,
es todo tan absurdo como una ratonera diaria
en la que nos colamos esperando queso
y nos la meten por detrás.

Supongo que debo estar sana
con el buenismo en Mode On
y seguir con esto:

Siempre llega algo especial
cuando tus dedos entrelazan los míos
y la careta pública cae
para dejar unos labios
que desean besos dulces;
tenemos poco tiempo
en nuestro lugar secreto,
no conocemos cómo acabaremos
pero si sabemos donde estamos.


Pero me he liado la manta a la cabeza
y me he puesto a hacer natación sincronizada
hasta las doce de la noche,
cuando el agua congela hasta las uñas y no hay nadie;
la cubierta acristalada parece carbón
y el agua de la piscina es tequila.

Mañana tomo un avión lleno
de polvo transahariano

la noche que mirábamos con calma
los días que dejamos a la espalda
rellenos de minutos aburridos,
abrimos el silencio de la piel.
Queríamos sacar el grito desde muy dentro
y dejar el rock llegar por el abismo,
pues en tus labios y en los míos
había toneladas de dinamita.


Pasa que los sábados noche
son el día predilecto de la gente para suicidarse.
"Nadie es inocente"
me dice alguien amoratado como una lata,
y cuando todo empieza a estar
más frío que la Antártida
sé que empieza la lección de muerte;
tan cancerígena.
En ese momento me siento desnuda,
ella no es una calavera, ni algo,
es una puta mierda.
Se mete en la piel y los huesos
y las vísceras se dan la vuelta.

El avión de Iberia da unas vueltas
por las nubes azules de la felicidad


tengo un rato libre para escribir
me abro a codazos por la grieta de algo,
en el parque desfilan chicas que enseñan todo
y mujeres que van tapadas hasta las cejas,
el rap del Yoni que dice así:

Los guaperas que esnifan farlopa de La Salle
me sugieren dejar las drogas,
pero serán ellos los que se quedarán
más colgados que una regadera,
la mafia quiere que vote
y mi madre no me puede aconsejar
pues está muerta.
Qué me dejen tranquilo con mis porros
los colegas y las fiestas.


El parque lorquiano de mirlos y viejos pinos canarios
es una encrucijada para hacer sombra
en el césped artificial,
escribir apuntes en el Samsung Notes
y respirar el advenimiento de la primavera.
Al fin y al cabo se trata de escribir algo,
dejar la cátedra de la filosofía
y el sexo de los ángeles para el porno duro,
utilizar letra por letra como piedras.
Maldita fugacidad del tiempo
con kilos de palabras en venta al peso,
la paranoia de la ciudad
el veneno matutino,
mi hija cotillea lo que escribo
y me recomienda una balada de metalcore,
las dos en punto, hora de comer.


(apunte secreto)

Estamos los tres en la mesa,
llevamos la V de vida como podemos
intentando no ser una familia disfuncional,
el optimismo no falta visto el panorama que nos rodea;
le puedes llamar sombras o espejismos
sabemos que nuestra respiración
mueve las sensaciones a cualquier minuto,
podemos ser más románticos que los románticos
y más bestias que los bestias,
el Domingo puede que se alcance el consenso
entre la hiperrealidad y los gatos callejeros que sueñan.

 

Trabajar de interna debe ser sacrificado. Desde luego que el salto urbano del poema es sustrato para la omnisciencia poética, con un tufillo de rebeldía y critica social.