Vino y olvido

Buen día, soy nueva aquí y me presento con algo mío.

El vino siempre sabe mejor cuando se tienen demonios dentro
Cuando el rencor circula por las venas
Cuando la rabia emerge por la piel
Y dónde están todos esos dolores físicos cuando más los necesitas
Cuando el que sangra es el corazón y parece no tener cura
Ya se terminó el vino y aún la espina sigue clavada ahí
Los callos de mis pies saltan a la vista y distraen mi tribulación
Voy por un pisco que tengo guardado en la alacena
La sed por olvidar lo perdido nubla mis pensamientos
Vida, te he amado más de lo que has imaginado
Te he amado hasta el grado de olvidar mi nombre
Y hoy fuiste tú quien acabó con mis anhelos
Fuiste quien clavó la estaca del desdén y del olvido
Voy por el pisco, amargo, pero salvador
El pisco ya no sabe a nada, ni a mierda ni a olvido
Hoy arrojaré estos demonios
Hay una cigarra en mi ventana
Y aún no me ha hecho caso
Voy a sacarme este brassiere que me presiona tanto
Que no me deja respirar
Voy a soltar la voluptuosidad que tanto te gustaba
Que sean libres y que no te añoren más
Porque el olvido es lo único que te pertenecerá
Ya la botella de pisco está por la mitad y aún no te has ido
Y la melodía que una vez nos fue placer hoy es el peor de los adioses.

 

Es una bella y triste poesía, señora Milanizu, aunque yo crea que el vino sabe mejor con alegrías que con penas. Un placer haber pasado y saludarla afectuosamente.

 

Gracias por el comentario y sí saborear una copa de vino es delicioso en cualquier momento.