Visita de Domingo

He de despercudirme mi sal bajo tu puerta/

llego con asfixia

mientras en ti hay un sofoco

de brisa que no termina de hacerte brillar.

Deja que mis ojos se alinien

se pesen en blanco

orbitando con la Luna

como un compromiso de nieve sobre tu dedo.

Hazme un espacio entre tus órganos

para que mi corazón suene

nervioso, emocionado,

cuando tu sangre le llegue

cuando el día nos cubra enteros

y sólo se vean

dorados

nuestros reflejos

sobre el mar...

 

Muy amable cariño Romina. Cuidate. Y muchos besos a tu alma inmortal.