Viuda de Cliqcout

Doy un sorbo a la espuma
resistida sobre el borde de una copa tuya,
parisiana, de alma de Reims,
acércate y embriaga,
que mi frívolo corazón se encargará
de robarte la castidad
y hará un remanso de lirios
sobre un arranque de instinto.
No sigas triste
que de los ojos tuyos brotarán uvas
y entonces vendré de entre
muchedumbre recolectores
a recoger y destilar
lágrimas temporales
con mayor avidez que cualquier otro
licorero del Épeney rumoroso,
por donde desde hace tiempos
caminas sola,
y te escucho meliflua al andar
y dócil al pensar
como si anduvieras una casualidad
atada en los labios,
e intentas expresar las fuerzas con las amas
para inducirme a amarte,
pero entonces, no te amo,
y tratas de ninfa a la vida misma
por acercarte a la boca
que te enseñó a mentir,
pro no te mostró como besar;
por pensionarte con un alma
que te comenzó a escribir,
pero nunca te mostró como sentir.

 

Se bebe, se aturde y se procura enamora, grata lectura. Saludos

 

Veo madera de escritor en tu jovencísima pluma que por primera vez he visto hoy plasmar tus versos. Algunos poseen una sorprendente y original belleza:

...y hará un remanso de lirios
de instinto.

Te felicito y espero seguir encontrándote en este espacio poético.
Saludos.
Jazmín

 

Muy bello poema de amor y vida enmarcado en una sensible y certera escritura amigo Dan. Un abrazo. Paco.