Vuelvo a decir, el verso obscuro.

Vuelvo a decir, el verso obscuro.

Hace tiempo que me callo.
Solo soy silencio, o suelto cháchara y repito aventuras ya gastadas.
Hace tiempo que quería decir.

En las playas, en las esquinas que visitamos juntos todavía están nuestras sombras, guardadas.
Estas bailan como bailábamos nosotros, más alegres e irresponsables.
Por la mañana son ondas, olas verdes y agresivas, que echan de menos.
En la arena nuestros pies siguen creyendo, riendo en esos lugares donde somos fotos.

Levantarme y voltear la cabeza, como el Exorcista.

Acróbata.

Buscar, buscar la historia, biografía incompleta,
el encuentro de vidas que no continúan en este tiempo de violencia y peste.
De tu ausencia no hay vacuna.

Es difícil vivir en el tazón vacío, vivir en el pasado.

Desgastadas.

Son cinco años recordando, pegado a esas fotos, inmóvil, sonriendo.
Que también son tú.
Eres tú también.
Sonríes en otro tiempo, más joven, más alegre, menos abandonada.

Esta es la historia de las playas, de nosotros, de las sombras, del recuerdo y del vacío.
De la confusión del texto que pretencioso se tranforma en realidad y tiempo presente.
Nuestras ruinas están durmiendo en la cama del Atlante.
Desnuda, te fotografías el púbis recortado sobre el mar.
Delante, en la playa, sobre la línea mojada de la arena, frontera que sube y baja, siempre cambiante y amenazadora.

Y del reino sin corona, sin cabeza.
De la guillotina y el óxido de las manzanas.
Muerto.

 

Esta es la historia de las playas, de nosotros, de las sombras, del recuerdo y del vacío.

Muerto

La lectura deja un sabor agridulce, y un sentimiento de tristeza. Final catastrófico. Un placer pasar.
Saludos Norainu