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Yasmina flor de azahar y el viento

Tema en 'Tu Obra Maestra (en verso)' comenzado por Andysdarling, 10 de Septiembre de 2011. Respuestas: 1 | Visitas: 1484

  1. Andysdarling

    Andysdarling Poeta asiduo al portal

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    1 de Febrero de 2011
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    YASMINA FLOR DE AZAHAR Y EL VIENTO

    Érase un hombre,
    Alí de nombre
    que vio la luz primera allá,
    en las tierras a Alá.

    Llegole al tal Alí
    la hora de desposarse
    Y buscaronle la esposa
    como es costumbre allí,
    una damita joven
    que no era de su gusto
    a Alí prometieron.

    Y Alí soñaba
    desposar a Yasmina,
    la linda del lugar
    a la que él adoraba
    desde aquél día
    en que Yasmina niña
    su mano le tendiera
    y en ella, ya sin aliento
    yacía un avecilla,
    y así le dijo:
    Alí, mi dulce amigo,
    ¿podrías devolverle
    la voz al pajarillo?. . .

    * * *

    ¿Cuándo casarás Alí?,
    su madre preguntaba,
    hoy ya no podrá ser,
    será mañana,
    Alí le respondía,
    y así pasaba el tiempo
    y el tiempo ya apremiaba
    que una hija de Alá
    debe ser desposada
    a muy temprana edad,
    apenas florecido ha
    su púber galanura.

    * * *

    Habló Alí a sus padres
    de su falta de amor
    por la esposa elegida
    y airados respondieron:
    ¿Cómo ha de ser
    que no cases
    con quien la tradición
    y la paterna autoridad
    mandan y obligan?.
    ¿Qué loco pájaro
    anida en tu cabeza
    que así te canta
    sueños y quimeras
    de aves enamoradas
    y niditos tejidos
    de arrullos. . .
    y despensas vacías?.
    ¿Qué habría yo
    de decirle
    a mi compadre
    para que no sintiera
    la hija despreciada?.

    Así gritaba el padre
    mientras se paseaba
    agitando sus manos
    cual si el aire
    a su paso estorbara. . .

    Madre,
    suplicó el pobre Alí,
    yo no la amo,
    perdí mi corazón
    una mañana
    en los ojos de Yasmina
    asomada a su ventana. . .

    Y la madre murmuraba:
    la esposa es la flor
    que Alá te regala,
    ¿qué más hay en la vida,
    Alí querido?.

    Padres,
    vuestra gracia suplico,
    si desposo a esa joven
    labraré su desdicha
    y la desdicha mía,
    que nunca fue feliz
    mujer alguna
    que morando
    la casa de su hombre
    su corazón no habitara
    ni hombre alguno
    que amar a la amada
    solo pudiera
    de pensamiento
    y palabra. . .

    Y sordos al lamento
    del corazón herido,
    fijaronle la fecha
    para los esponsales. . .

    Y Yasmina enterada
    desató el corazón
    que se tornó canción
    y huyó por su ventana. . .

    Nunca amor tuve
    ni tendré,
    murió mi pajarillo,
    perdí sus trinos,
    alejose mi madre de mí
    en mi más tierna infancia,
    olvidé sus caricias. . .
    Nunca amor tuve
    ni tendré,
    a mi amado desposan,
    vuela lejos mi dicha. . .
    Nunca amor tuve
    ni tendré,
    se muere mi alma. . .

    * * *

    Alí enamorado,
    corazón joven,
    potro salvaje,
    mente serena
    y firme resolución
    tomó la decisión
    de tentar a la suerte
    y realizar su sueño,
    quería ser el dueño
    de su amada.

    Y en tomando valor
    llegose hasta la casa
    de la joven
    que por su amor penaba
    y tras la celosía
    llamó con queda voz
    a su adorada
    que acudió presta,
    el rostro iluminado
    a escuchar la añorada voz
    de Alí enamorado.

    Y así Alí le confesó
    que su quebranto
    era pena de amor
    que consumía su corazón,
    que hacía tiempo
    incendiose de amor
    por su hermosura,
    y así le dijo a la galana:
    Tomó la flor de azahar
    de ti el perfume y sus colores,
    de tus ojos tomó la luz
    que la ilumina,
    para adornarse, de tu cutis
    tomó su terciopelo,
    y su aroma, de tu alma
    la flor tomó el perfume.
    Desposarte quisiera,
    gentil Yasmina
    y trasplantar así
    tan bella flor
    de gracia y de pureza
    a mi jardín de amor
    para adorarte siempre.
    Permíteme adorarte,
    amada mía,
    ven a adornar mi casa
    y consiente en ser mía.
    Despósate conmigo
    y juntos veamos florecer
    en primavera
    la flor que se prendó
    de tu hermosura
    cual si yo mismo fuera.

    * * *

    Llegó a mí el amor,
    descorra el corazón
    su celosía,
    abra la puerta el alma
    a su gozo y su dicha
    Alí, mi amado
    me pide en este día. . .
    Alí, corazón adorado,
    vida que a mi alma
    da la vida,
    jamás he sido mía,
    nada te puedo dar,
    toma pues, dueño mío
    lo que te pertenece,
    corazón, alma y vida
    que ya te dí
    no recuerdo qué día.

    * * *

    Tome el dueño su prenda,
    cese de porfiar el alma,
    Yasmina, hermosa mía,
    vayamos prestos
    a encontrar nuestra gloria
    donde la puso Alá,
    tras aquél horizonte
    donde despunta el alba
    me dice el corazón
    que se hallará.

    * * *

    De noche partieron
    los amantes
    dejando atrás país,
    casa y familia,
    se alejaron llorando
    y la noche abrigó
    sus esperanzas
    y ocultó el amor aquél
    prohibido
    que a sus dos corazones
    con tan fuerte lazo
    había unido.

    Y en jornadas sin cuento
    anduvieron los amantes
    mil caminos,
    cuarenta beduinos
    los guiaban
    por la senda
    del vecino desierto,
    mar de arena
    que estas gentes
    navegan cada día
    mirando a las estrellas
    donde se hallan
    abiertos sus caminos,
    y al final de su viaje
    dejáronles en paz
    y en buena hora
    en otro cielo,
    en otras almenas.
    Y en aquél país vecino
    huérfanos de la guerra
    se fingieron
    para encontrar cobijo.

    Y Alí desposó
    allí a su adorada,
    humildes esponsales
    sin pompa y sin gala,
    más llenos los amantes
    de la gracia
    que el amor les concede
    a quienes bien se aman.

    Feliz la novia
    su amor vestía,
    el brillo de su rostro
    la adornaba,
    su corazón feliz
    la engalanaba,
    ¿a qué prenderle joyas
    a un alma enamorada?. . .

    Alí, gallardo
    su coraje lucía
    que es el mejor vestido
    para el varón formado. . .

    Y así,
    los dos engalanado
    tomaronse las manos
    y de este modo
    entraron en la gloria
    del amor
    por la que tanto
    habían luchado.

    * * *

    El sultán va a la guerra
    Alá pide venganza,
    ¡Arriba los hijos
    de esta tierra!
    ¡A defender el honor
    de Alá y de la patria!. . .

    Y llegaron a Alí
    los clamores de guerra
    a golpe de trompetas
    y de urgencia.
    Tesoros sin cuento
    a los hombres
    su sultán les ofrece
    si ganan la contienda,
    y si en la empresa
    perdieran aún la vida,
    Alá el paraíso les regala.

    * * *

    De condición humilde,
    honores anhelaba,
    y aunque vivía feliz,
    mayor gloria soñaba.
    marchose de esta suerte
    a la guerra de Alá,
    dejó a su linda esposa
    triste y desconsolada
    pues bien ella le amaba.

    No llores, mi Yasmina, le decía,
    que yo he de volver en primavera
    cuando la flor de azahar florece,
    cuando estén verdes las veredas.
    Espérame mi amada, susurraba,
    que te traeré sin cuento
    joyas y ricas sedas
    que te hagan más hermosa todavía,
    que voy a guerrear en la guerra de Alá
    y Alá siempre a sus fieles recompensa.

    No quiero esas joyas ni esas sedas,
    Yasmina apenada le decía,
    que joyas son tus ojos, amor mío,
    que caricias de seda me regalas,
    en cada noche nuestra, cada día.
    Quédate a mi lado, amado mío
    que para mí regalo es tu presencia,
    que no existe en la tierra, vida mía
    mujer más hermosa que la amada.
    No vayas a la guerra, Alí querido,
    Alí no vayas a la guerra,
    mira que la muerte del hermano
    mata del corazón la primavera,
    y si no es en tus ojos, dueño mío,
    ¿dónde florece la primavera?.

    * * *

    Se va el amor,
    a la guerra se va,
    se va mi amado
    a conquistar el mundo
    que el sultán
    y el brillo del oro
    le han llamado.

    ¡Ay, corazón de hombre
    que ambiciona!
    ¡Ay, sueño de guerrero
    que la gloria persigue!
    ¡Ay, vana ilusión
    que el cielo siempre
    sueña en la otra orilla!
    ¡Ay, río de la vida
    que se escapa
    en tan banal empresa!
    ¡Ay infelices!. . .
    ¡Ay de mí!,
    ¿cuándo veré a mi amado
    nuevamente?.

    * * *

    Oriflama, oriflama,
    azul y oro,
    oriflama, oriflama,
    bandera al viento
    Alí avanzaba,
    oriflama, oriflama
    la muerte le iba al encuentro,
    él la ignoraba
    y se encontraron,
    pendón, honor y gloria
    por el suelo rodaron,
    Alí quedó tendido
    en tierra extraña.

    * * *

    Oriflama, oriflama
    bandera al viento,
    oriflama, oriflama
    mi amor ha muerto,
    oriflama, oriflama
    enterraron mis sueños
    en tierra extraña.
    El jardín del amor
    ha quedado vacío,
    solo queda tu ausencia,
    tus ojos se apagaron,
    no habrá más primaveras,
    mi corazón ha muerto,
    no habrá más flor de azahar
    que resplandezca.
    Oriflama, oriflama
    mi amor ha muerto,
    oriflama, oriflama
    ya no hay mañana.

    * * *

    Del campo de batalla
    a Alí a la Gloria llevaron
    y subió al paraíso
    prometido de Alá. . .
    y sin cuento placeres
    Alí fue degustando
    y gastó su sabor
    y se quedó vacío el paladar
    de exquisitos sabores,
    el olfato de olores
    y sus dedos de sedas. . .
    A su amada añoró
    en cada madrugada
    y así se lamentaba
    por su ausencia:

    ¿Dónde estará mi amor?,
    ¿en dónde su perfume?,
    Yasmina, flor de azahar
    ¡Cuánto te añoro!.
    Ojos color de dátil,
    cutis de seda,
    labios de rosa,
    corazón de rubíes
    y madreperlas,
    mujer sencilla,
    mujer honesta,.
    no hay belleza en el cielo
    que a los ojos de mi alma
    más grata sea.

    [SUP]* * *[/SUP]

    Y ante el rostro de Alá
    humilde se arrodilla
    pidiendo a su Señor
    le conceda la gracia
    de volver con su esposa
    que dejó enamorada
    y aun con vida.

    Señor del Gran Poder,
    yo siempre te he servido,
    honores yo gané
    para tu santo nombre,
    para tu gloria.
    Quisiste con tu gracia
    agradecer el tal servicio
    y placeres sin cuento
    a mis pié tu pusiste,
    aquí, en el paraíso
    dos docenas de uríes
    tu me diste,
    palacio de cristal
    ahora habito,
    con vestidos de seda
    yo me cubro,
    mil sirvientes no viven
    si no vivo,
    al sol le digo “sal”,
    y sale
    y las estrellas todas
    me saludan
    al pasar yo ante ellas.
    Dueño de cien mil mundos,
    te lo agradezco,
    pero, Señor Alá
    mi gloria no está acá
    que se quedó en la tierra,
    Yasmina flor de azahar
    lleva por nombre.
    Conozco tu bondad
    y en su nombre te pido
    que mi cuerpo mortal
    tu me devuelvas,
    que cambies mi destino,
    quisiera yo dejar tu paraíso,
    que añoro a mi Yasmina
    y para mí la gloria
    es su presencia,
    pues para el alma enamorada
    estar con su alma amada
    es la mayor y única gloria
    que hallarse pueda
    en el cielo y la tierra.

    * * *
    Amado hijo, Alí querido,
    bien me serviste,
    valor y galanura
    al mundo diste.
    Cumpliré tu deseo
    pues gallardo y valiente
    tu fe tu defendiste
    hasta la muerte,
    más tu cuerpo humano
    ha muerto
    y es mi ley divina
    no darle por dos veces
    al mismo ser igual vestido.
    Escoge pues
    tu próxima morada
    de entre todas la formas
    que en la tierra habitan
    la que sea de tu agrado
    y ve en buena hora
    a encontrar a tu amada.

    * * *

    Y Alí calló postrado de tristeza
    y tendido en el suelo llora y pena,
    y así el desdichado se lamenta:
    ¡Pobre Alí!, ¿qué he de hacer
    si ella no ha de conocerme?,
    ¿si no me puede amar
    ya nunca más?,
    vivir ya para siempre
    sin su amor
    larga agonía será,
    tormento sin fin
    que mi alma
    sufrir no podría,
    muerte en vida será
    vivir mi vida sin su vida,
    más sin ella vivir no podría,
    así pues,
    Señor Alá, te ruego
    por la gracia concedida
    y el amor que a mi hermosa
    le profeso, me permitas
    yo ser a mi regreso
    el fuego del hogar
    que ella alimenta y cuida,
    el libro de poemas
    que tanto ama,
    el viento en su cabello,
    el agua que la baña,
    el sol que la acaricia,
    y la almohada
    en que reposa su cabeza,
    para tejer sus sueños
    hablándole al oído
    para que no me olvide,
    para adorarla.

    * * *

    Gentil uríe,
    cual diosa hermosa eres
    y te agradezco
    tu grata compañía
    y todos tus besos.
    Admiro tu belleza
    pero me espera
    la que es mi amada,
    mi Yasmina,
    Yasmina por mí adorada.

    Hoy es día de fiesta,
    avisa a tus hermanas,
    peinad vuestros cabellos,
    vestid la mejor gala,
    hoy van a reunirse
    Alí y su adorada.
    Que se llene la estancia
    de flores, de perfumes
    y canciones.
    Hoy es fiesta en el cielo
    el amor gana otra batalla.

    Y todas las uríes
    llorando emocionadas
    cantaron y bailaron
    hasta la madrugada
    y una hermosa corona de flores
    a Yasmina tejieron,
    la entregaron a Alí
    y riendo dijeron:
    Bendito sea el amado
    y bendita la amada,
    si no se ha amado nunca
    no se ha vivido nada.

    Lágrimas en los ojos,
    pañuelo blanco al viento,
    Alí deja la Gloria,
    el sol ya está saliendo. . .
    Silencio en el palacio,
    lo ha dejado su dueño,
    las uríes descansan,
    será largo su sueño
    hasta que un nuevo dueño
    allí habite
    y las despierte
    a otro sueño de besos
    y alegría.

    * * *

    Yasmina penaba,
    Yasmina sufría,
    su cuerpo languidece,
    su corazón la alegría
    no siente,
    su mirada se apaga,
    su alma
    no gusta de la vida. . .
    Yasmina muere,
    soledad y añoranza
    la vida le arrebatan,
    sus veinte primaveras
    aun en flor
    ya no las quiere,
    la tristeza la vence,
    Yasmina muere. . .

    La joven viuda
    se despide del sol
    y de la tierra,
    de todos sus amores
    y de la primavera. . .
    Yasmina muere
    y su alma al Padre Eterno
    entrega.

    Señor mío,
    Padre de la nada,
    Señor de todo,
    Padrecito amoroso,
    si es que me escuchas,
    apiádate de mí,
    es tu hija Yasmina
    quien te habla.
    Quiero ser, Padre
    cuando al fin muera,
    por tu divina gracia,
    la flor de azahar primera
    y esperar a mi esposo
    pues volverá al hogar
    que así lo prometió
    y Alí me cumple siempre
    sus promesas,
    y cuando vuelva
    quisiera estar hermosa
    y abrazarle vestidita
    de seda y perfumada
    y darle así mi amor
    engalanada. . .

    Y en el postrer suspiro
    miró la flor de azahar
    que siempre conservaba
    y recordó al amado
    pues de sus ojos el recuerdo,
    el olvido fatal había hurtado
    casi todo.
    Y se entregó al Eterno,
    lágrimas en los ojos
    y dulce la sonrisa
    que en sus labios pintara
    eel amado el recuerdo.

    Y Alá tiernamente
    a su hija desde el cielo
    sonríe y diciendo:
    Pura y limpia Yasmina,
    si así tu lo deseas, sea.
    Y el Señor nuestro Dios
    buscó la flor de azahar
    más linda
    que en su jardín hubiera
    y la niña al instante
    renació allí a la vida. . .
    De flor de azahar vestida,
    y llena de esperanza,
    la flor de azahar habita.

    * * *

    A la guerra se fue
    mi amor un día
    y de allá ha de tornar
    para ver a su amada
    Yasmina flor de azahar.
    A mi amor espero
    con el vestido nuevo
    que me tejió mi Padre,
    me aroma el perfume
    que él me regaló,
    en mi rostro pintó,
    blanco purísimo,
    su más bello color
    y ahora me adorna. . .
    Un día fui mujer
    y el amor encontré,
    ahora le espero,
    mi traje flor de azahar
    le ha de enamorar,
    enamorarle quiero.

    * * *

    Tornose Alí,
    prisa de amante
    primer rayo de sol
    de madrugada
    y a la tierra bajó
    en busca de la amada
    y entró por la ventana. . .
    Halló el fuego apagado,
    la estancia abandonada. . .
    Busca por los rincones,
    se llega a las terrazas,
    recorre las almenas
    y a su amada no halla. . .
    En parte alguna
    se encuentra
    la presencia adorada.
    De súbito, el vacío total
    hizo acto de presencia
    y el temor que Alí
    nunca antes conociera
    se adueñó de su alma
    y quedó el desdichado
    en medio de la nada,
    y llorar no podía,
    y a pensar no acertaba,
    moverse no sabía,
    y en tal estado se halla
    que le aturde la pena
    y de esta suerte
    el corazón de Alí
    nada pena ni siente.
    Silencio en los campos,
    silencio en la casa,
    no hay flores ni fuego,
    ni risas que de amor
    llenen la estancia.
    Alí muere de amor
    y una lágrima encarna
    para llorar la ausencia
    de la amada.
    Temblando en el aire,
    en medio de la estancia
    romperse en mil pedazos
    quiere para dar alivio
    a la pena y la rabia.

    Yasmina, dulce amor
    en mala hora
    cambiara yo tu amor
    por honor, oro y gloria,
    caprichos pasajeros son,
    son vanas ilusiones,
    ladrones de sueños verdaderos
    que engañan a los hombres.
    Yasmina, amada mía,
    ¿qué se hizo de tu vida?,
    ¿dónde estará mi esposa?,
    ¿dónde fue mi alegría?.

    Sumido en su dolor,
    desesperado
    el amante no repara
    en que el viento le trae
    una canción de amor
    que más que canción
    es un lamento. . .

    Ay de mí,
    pobre Yasmina,
    un día fui mujer
    y el amor encontré.
    Amor, ¿dónde está mi amor?,
    amor, verde el campo ya está,
    ya están verdes las veredas,
    la flor de azahar floreció. . .
    Yasmina, que sola estás.
    Amor, ya me engalané,
    perfume y color tomé,
    Alí, Alí, vuelve amor,
    préndeme en tu pelo,
    morar quiero allá,
    Te espera tu casa,
    te espera tu amada,
    te espera Yasmina
    ahora flor de azahar.
    Alí, Alí, Alí. . .

    La voz de la adorada
    y su perfume
    le vuelven a la vida
    y en acabando
    este fatal trance,
    a su amada se llega
    cabalgando al viento,
    veloz corcel,
    que al punto
    al lado de la esposa
    le transporta
    en un decir amén.

    Y cae sobre su amada,
    rocío temprano
    para calmar sus penas
    y sus ansias.
    Yasmina, flor de azahar,
    le susurra llorando,
    dulce Yasmina,
    el amado ha llegado,
    no trae sedas ni joyas,
    no trae gloria ni honores,
    desnudo vengo,
    amada mía,
    hermosa flor de azahar,
    más ya no ha de faltarte
    en esta nueva vida
    ni rocío con que apagar
    tu sed de la mañana,
    ni sol que te hermosee,
    ni viento que esparza tus semillas
    para adornar el mundo
    con tus hijas.

    La bella estremecida
    de amor temblaba
    al sentir de su amado
    el dulce abrazo
    y en la voz
    la pena emocionada
    del reencuentro.

    Alí, Alí querido,
    esposo amado,
    cuanto por ti he gemido,
    cuanto he llorado.
    al fin estás aquí,
    has regresado. . .
    ¿Podrás amarme Así?,
    ¿podrás, ser adorado?.

    Yasmina, mi Yasmina,
    Alá hizo al rocío
    y al sol de madrugada,
    saludos de la vida
    para a la flor,
    su hija amada
    dar la vida,
    y al viento,
    bella canción de amor
    para arrullarla.
    En cada primavera,
    cuando a la vida vuelvas
    estaré junto a ti
    para adorarte y sostenerte
    y así será hasta el fin
    de la existencia,
    flor, agua,
    viento, sol,
    rocío y primavera.

    * * *

    Y unidos para siempre
    quedaron los amantes,
    flor, agua,
    viento, sol,
    rocío y primavera
    vuelven a amarse
    y a perfumar el aire
    y a fecundar la tierra,
    a ser la flor de azahar
    y a ser la primavera.

    FIN
     
    #1
  2. Jorge Lemoine y Bosshardt

    Jorge Lemoine y Bosshardt MAESTRO

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    20 de Marzo de 2008
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    Hombre
    Un trabajo enorme, inmenso, una historia bellísima como bellísima toda la poesía.
     
    #2

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