Yo no muero.

Me siento solo. Mis versos son cada vez más ridículos, sin sentido, sin apoyo. Mis deseo de agobian al ver que no se hacen realidad. La muerte se me acerca como un niño queriendo tener una dulce aprobación y afecto adulto. Mis tristes ojos se caen, se comprimen, se enloquecen. Me tambaleo tal beodo desdichado, sin gracia, sin amor. Yo ya muero. Me deprime ver la luz, la luz del sol que alegra el día. Eh soñado con mi mundo, con ese lindo mundo lleno que oscuridad. Me siento solo. Mis versos se manifiestan en una soledad que mi mente llega a entender poco, esa soledad que extrae mi dulce sentido del amor. El infierno que mi corazón bombea y se esparce por mi cuerpo, saliendo de mí esos demonios que me encontraron sin ánimos, y sin amor, y sin misericordia. Esos que tomaron mi cuerpo sin piedad y me trajeron a este mundo donde gozo de profunda paz en la oscuridad. Me he matado mil veces pero, aun así, no me enfrío. Mis carcajadas demoniacas me asustan, soy sensible, y a veces muy insensible. Yo no muero.