Yo te conozco.

Que frágil fue tu amor, que susceptible,
ala de mariposa colorida.
Me acerqué a tu verdad mal concebida
y en silencio te fuiste, qué terrible.

Se me ha roto el cristal y no es posible
rehacer la amistad que era mi vida,
exceso de confianza, la partida,
y perdí al apostar, que previsible.

Jamás hay que decir,- yo te conozco-,
pero me duele tanto la mentira
que no puedo callar, me causa la ira.

Después el resultado, reconozco,
es el triste vacío que me ocupa
y el haberte hecho daño, preocupa.​

 

Iguazú, gracias por tu reflexión. Un abrazo.
Feliz semana para ti.

 

Alde, gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Un abrazo Iguazú.

 

Muy bonito.Besos desde andalucía.

 

Muy buenas letras he leído. Un abrazo con la pluma del alma

 

Un abrazo, Luciana, buen poema.

 

Ciertamente, mí estimada companera, algunas veces solemos equivocarnos con nuestras personales apreciaciones, porque la auténtica verdad (cuando menos nos lo esperamos) suele golpearnos por la espalda... sin contemplaciones. Lo bueno de su poesía compañera... es la profunda solvencia de sus argumentaciones. Excelente poema y, la felicito por ello.
Cordialmente: