Como gata de caserón, me acomodo holgazana, en la madera tibia de tu cuerpo Soy una típica prisionera con el síndrome de Estocolmo, estatua perpetúa de una plaza florida Así soy yo, simplemente feliz en la sombra benigna de tu abrazo Debajo de tu árbol formido la hierba crece acogedora, los trinos suenan luminosos Desde el costado de mi cama, aquel que corresponde a mi cuerpo. El horizonte no es tan importante, el viento es lejano y imperceptible. el sol es requerido pero sin mayor apremio Aquí en el torbellino de tu hablar sincero, en la perspectiva pesimista de nuestro amor. no le gana el fastidio al sustento carmico de nuestras almas No existe premisa, que importe más que tu consuelo. En esos días amargos, cargados de voces ajenas, con jirones de tiempo ...en calles desiertas Necesito tu olor imperceptible pero presente, tu cuerpo ausente pero sabido, tu abrazo invisible pero perpetuo.
¡Súbito! Como un soplo de viento, Que cierra de golpe... la enclenque ventana. Asi , Metafórico, tu beso... ¡nunca fue un beso! ¡Lucero fulguroso! de mi noche más cansada, Adornando con luciérnaga... mi rustica existencia. Algodón fino en mis manos talladas. Así… Llegaste, Como espejismo maldito Entre más grande el cariño sembrabas más pena. con azada y machete , desmembraste poco poco mi tierra., Y te fuiste de mi cuerpo ¡Como el humo de mi boca! ¿A qué parajes? ...“quien sabe” ¿Por qué sinuosas marejadas me dejaste?
Me pintaré de rojo clavel y esparciré mi aroma entre tu sueño y mi sueño. Y con la magia de la noche besaré la melancolía. Adormeceré la rabia, con cada caricia arrimada amansaré a la playa, a sus algas primitivas a sus corrientes agitadas. Y alumbraré la cercanía del camino cuando se encienda, la cortina del firmamento al posarse mi pupila dulce mente en tu mirada. ¡Entonces¡ el rencor bajará la guardia y podré traer a los obreros para que reconstruyan nuevamente, nuestra ruca enamorada. Benigna y suave. Frondosa como helecho. Querendona como laurel. Y en mi hábitat segura y dispuesta como anguila purificada, me envolveré lentamente en tu cuerpo acicalando cada superficie de piel, rígida y centinela con mi caricia, y mi alma quedará traslucida de tanto amor derramado, Y mi boca, pálida de cansancio, dormirá en tu pecho entregada a la fortuna. A la fortuna y su vaivén, A la curva del destino. Aquél que siempre vuelve a la comisura de tu labio, planeando sobre el tono crepúsculo, tan particular de tu piel.
La sombra del árbol recio que baila en la ventana, se desprende del suelo con cada jirón del viento Aquí entre las ollas humeantes con olores a especias te espero Entre los vapores desprendidos te amo con nostalgia, te siento Hoy Mientras decoro con mis manos, los nobles alimentos Te diviso amante te sueño cercano y la espera es aun más bella Cuando se que volverás y entraras por la vieja puerta, que te saluda eterna Y mientras aliño se desprende de mis manos Los candores atesorados que se cristalizan en la jornada culinaria Y se trasladan exquisitos, hasta tu corazón apasionado que bendigan al ajo y al olivo A la pimienta y al orégano Que no solo tu boca de comida se alimenta Y bajo mi rostro más sencillo y mi atuendo más humilde Te agasajo Con sazón natural, Pero invisiblemente afrodisíaco
Cuando todas las palomas se hayan marchado de mi pueblo, tomaré el trago dulce, de una lágrima emocionada, colgaré las espadas y quemaré mi viejo escudo, hecho de madera impenetrable de tamarugo seco. Cuando todas las palomas se marchen de mi pueblo dejaré mi equipaje en alguna plaza desierta, y correré desprovista de rencores y penas hasta la puerta pequeña de tu boca. Llamaré al silencio, para que majestuosamente, cubra mudo, nuestro encuentro, que sin voz tu alma habla, con la señal inequívoca de tus caricias sinceras. No necesitaré la belleza del lirio o la finura de las azucenas, Solo necesitaré tus enormes ojos , tus manos perfiladas, tu abrazo perfecto para el tamaño de mi cuerpo.
¡Y me dormí a tu lado! Como se duermen los náufragos sobre la arena húmeda
Tu amor como la luna, se disminuye con el tiempo hasta quedar anclado oculto observando la noche Así tu amor se extingue de a ratos se vuelve incoloro ráfaga de agua en un mar infinito, tartamudeo frio y impertinente que me deja sola ... solitaria Así tu cariño de entrañas y sonajas cada tres o cuatro trinos cae a un arrollo mudo y frio pero como la luna a la marea cambia tu corazón se repleta y se ensancha hasta llenarse de un blanco perfecto nuevamente sobre mi piel
Sueños verdes Se sienten los aromas, esos perfumes suculentos Aquellos silvestres, Como de las especies verdes Aquellos dulces, De las manzanas rosadas Y mientras tamizo la harina Y amaso, Mi mente vuela entre los campos y valles y sin querer ya me he olvidado De la pena y la rabia Y una sonrisa se cuaja Y una pena se marcha Mientras cocino los vegetales fosforescentes y las frutas delicadas Mi corazón se adormece con cada cariño blanco que adorna mi mesa Y entre platos y manteles mi alma crece y crece Con cada pincel de sabor que pinto, en cada boca Con cada bocado, de naturaleza benigna mis ojos se ensanchan Cuando pongo ese sazón hecho de ganas y el condimento del cariño Entre las tersas ensaladas Naturalmente afrodisíaco La sombra del árbol recio que baila en la ventana, se desprende del suelo con cada jirón del viento Aquí entre las ollas humeantes con olores a especias te espero Entre los vapores desprendidos te amo con nostalgia, te siento Hoy mientras decoro con mis manos, los nobles alimentos Te diviso amante te sueño cercano y la espera es aun más bella Cuando se que volverás y entraras por la vieja puerta, que te saluda eterna Y mientras aliño se desprende de mis manos Los candores atesorados que se cristalizan en la jornada culinaria Y se trasladan exquisitos, hasta tu corazón apasionado Que bendigan al ajo y al olivo a la pimienta y al orégano Que no solo tu boca de comida se alimenta Y bajo mi rostro más sencillo y mi atuendo más humilde te agasajo Con sazón natural, pero invisiblemente afrodisíaco
Te recuerdo, débilmente Como quien recuerda, los letreros viejos de los pueblos desiertos Te recuerdo, unicamente, en mis días de letargo Te recuerdo, imponente como un emperador contemplando sus tierras. agasajando vanidosamente , sus trofeos de metal y piedra Te recuerdo... tan Perfecto como un planeta visto desde lejos Así te recuerdo, alto y majestuoso como la cordillera, frió como sus cimas, Peligroso como sus pendientes . Creciste suave como pétalo y te volviste criatura de infiernoAsí te recuerdo Débilmente, Como quien recuerda una llovizna, después de una tormenta te recuerdo... unicamente en mis días de letargo
Giro hasta tu cuerpo con la naturalidad con que ruedan las piedras húmedas después de cada resaca. Así mi amor vuelve a tu abrazo blanco cristal traslucido Suave arrullo, de la tierra hasta tu manos Así... nuestro amor se converge como las hormigas detrás la migaja, mi alma te sigue tras tu sombra Quisiera quedarme, en este instante quedarme exacta baja tu sombra , ser figura quieta marejada suave que golpea incesante tu roca Quisiera ser laurel silvestre que nace bajo cada nuevo beso , dormir bajo la misma manta que tu cuerpo cerrar los ojos y tener tu pecho como firmamento.
Podría ser... un mundo ligero , diáfano y silvestre, como el vitral que escondido , aguarda dentro de un calidoscopio con el estremecimiento de la pupila y el regocijo del asombro justo entre el amarillo y el celeste colgando en una hebra de luz podría ser, una hoja sola y etérea y luego, ser rama adosada al tronco, y el tronco a la tierra.