Jose Anibal Ortiz Lozada 2 de Mayo de 2025 a las 11:30 PM
No, no se acaba.
Aunque el eco de las despedidas duela más que la herida abierta, aunque los abrazos prometidos se desvanezcan como humo en la palma.
Te fuiste, sí. Como todos.
Pero yo me quedé. Como siempre. Como los que saben amar sin garantías.

¿Ves? Yo no cierro puertas, ni apago soles,
yo espero...
con el corazón lleno de maullidos que nadie escucha,
con el alma aún dispuesta a lamer las heridas de quienes no saben quedarse.

Y aún así, el mundo no se detiene.
Todavía hay versos por nacer,
miradas que no han cruzado la mía,
gatitos nuevos que vendrán a dormirse sobre mi pecho cansado,
ignorando que otros estuvieron allí antes... y se fueron.

Pero yo no me voy.
Yo florezco en la ruina.
Y aunque me duela,
sigo esperando,
como quien aún cree que alguien,
algún día,
va a quedarse.