Al niño de la swastica en la manno.

Momentos de muerte que las
lagrimas destruyen
sombríos amantes que los espejos
con su resplandor denuncian
tristes besos, frias caricias
desterradas a frias catacumbas,
tiempos de dolor
tragedias de espanto;
prohibido amar a cualquier hora,
es mas prohibido amar,
solo puede amar nuestra estirpe
que es tan perfecta!.
Desde la oscuridad y en medio
de la traición y cobardía
la swastika en millones de grises
banderas flameaba,
mientras el líder del terror saludaba,
y el amor lo transformo en odio
y lidero la muerte ignominiosa
y la muerte se vino
con la peor cara.
El dia siempre frio,
la luz abandono a los sometidos:
los cargaban en rodantes cámaras de gas
otros fueron destinados a laboratorios humanos,
muchos niños huérfanos lloraban su destino
ancianos maltratados y hambrientos
fueron quedando muertos,
a la mujer judía violada y sometida
por el joven camisa parda
se le va el alma en agonía,
la poesía torturada, el canto asesinado
los libros incendiados por la demencia nazi,
el fantasma de la muerte recorre Europa
y el líder demente no se cansa
de acumular y acumular muerte.
No sabe
que el amor y
la humanidad de los hombres
derroto el odio
y la demencia ideologizada.
Por eso te pregunto niño:

¿Qué haces con esa swastika
en la mano?.


Recuerdas cuando te hice la pregunta Emilio y respondiste que admiras a Hitler.