1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Aquel triste recuerdo

Publicado por Mary Mura en el blog El blog de Mary Mura. Vistas: 1025

Aquel triste recuerdo
Como todas las mañanas ,desde hacia un par de años se sentaba en aquel banco de la plaza frente a la catedral, rodeado de viejas arboledas que emanaban su natural perfume y miraba hacia la puerta de aquel pintoresco bar casi parisino por su arquitectura, enclavado en medio de viejos caserones ocupados en tiempos pasados por la aristocracia del lugar, y las modernas mansiones recién construidas que contrastaban entre sí. Nada parecía importarle de todo aquello, su mirada se perdía en aquella añosa puerta de entrada al bar que lo paralizaba sin dejar que avanzara un solo paso, sabría solo el que traba en su recuerdo podía más que su razón. Era un hombre elegante, aparentemente ejecutivo de algún lugar, alto, delgado y sus cabellos entrecanos estaban apareciendo en sus sienes como avisándole el paso inminente hacia la madurez.
Un día cualquiera, me senté a su lado temiendo que fuera inoportuna mi aparición ante tan evidente hermetismo, pero lo presentí tan triste que atiné a preguntar si necesitaba compartir con alguien su pesar, me miró casi sin reparar en mi , pero como ahogado por su pena comenzó a hablar.
“Pensaba en ese entonces que ese iba a ser un día común ,como cualquier otro en la vida de cualquier persona, entré muy temprano al bar para leer el diario ante de transitar las dos cuadras que me separaban de mi empresa, ella entro´como todos los días cargando su bolso repleto de libros y pidió como de costumbre un cortado, con el que daba por pago el alquiler de aquella pequeña mesa que era la más iluminada por el sol de la mañana, y en la que desparramaba todo un arsenal de apuntes. Tendría unos 23 años que mostraba al mundo con insolente desparpajo, era diminuta de cabellos muy largos una mirada casi infantil que se mezclaba con una insinuación atrevida, solo en alguna que otra oportunidad habíamos intercambiado alguna palabra, pero yo sentía que tan solo su presencia aunque fuera por unos minutos me perturbaban ,haciéndome olvidar de todas las formalidades a las que estaba atado feliz, pero no sé por que razón en esos cortos minutos las sentía como ataduras.
Esa mañana quiso el destino que su mesa se encontrara ocupada así que sin demora le ofrecí que compartiéramos la mía ,que solo distaba algunos pasos de la de ella, comenzamos a conversar de repente como si fuéramos amigos de años, ella contándome que era estudiante de Ciencias sociales y que distribuía su tiempo entre el estudio y su trabajo, que no tenia familiares en Buenos aires porque era del interior del país, y yo me encontré en un momento contándole mi vida a una perfecta desconocida. Le conté que estaba felizmente casado desde hacia 15 años que tenia dos maravillosos hijos adolescentes, cuando de repente irrumpieron al lugar dos personas de apariencia normal pero para mi gusto de miradas muy extrañas, en un minuto ya habían sacado sus armas y estaban desvalijando el lugar, a varias personas que estaban allí, las encerraron en los baños a otras las hicieron arrojar al piso y a nosotros como una mueca macabra nos ataron frente a frente. En ese momento de terrible confusión no supimos que sentimientos nos unían, si el miedo al maltrato, si la atracción que sentía el uno por el otro o solo el sentir que nuestros cuerpos se transmitían algo extraño que ninguno de los dos había experimentado antes, solo nos miramos no podíamos hablar de repente todo fue terror, comenzó una interminable y feroz balacera y su cabeza cubierta de sangre desparramó sobre mi pecho esos cabellos que tanto yo había admirado. Su perfume quedó impregnado en mi piel durante mucho tiempo sus ojos mirándome en silencio con una mueca de horror, aun me persiguen, tal vez algún día me anime a traspasar esa puerta para dejar definitivamente aquella pesadilla que marcará mi vida hasta el final” Así con sus facciones desencajadas por el triste relato volvió a encerrarse en su hermetismo, lo contemplé un largo rato y luego me alejé pues comprendí que solo el tiempo y la vida podrían darme ayuda.


[​IMG]
A Lola Barea y almasolitaria les gusta esto.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario