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Comentarios del crítico literario nicaragüense, Lic. Denis Torres Ayala, a mi libro: "Mis escritos en tiempos de pandemia"...

Publicado por Katia N. Barillas en el blog EfÍmera ilusión. Vistas: 267

Comentarios al libro: “Mis escritos en tiempos de pandemia – Deshilachando sucesos – Antología”, la más reciente obra literaria de la escritora nica-estadounidense, Katia N. Barillas.

Me tomó aproximadamente un año leer el contenido de sus páginas, así, leyendo, marcando, buscando palabras, la vida sigue y sigue paralelo a la muerte como las guerras sin sentido.

Desde la hermosa ciudad de Granada, Nicaragua, hoy, lunes, 6 de febrero del 2023 (a los 156 años de la muerte del poeta Rubén Darío), disfrutando de una hermosa luna llena, doy inicio a la reseña de su libro, el que me atrevo a clasificar en tres aspectos vitales y, uno adicional, correspondiente a su arte literario original como autor.

I- La guerra y el sueño de la paz eterna.

II- La mujer y la guerra del hombre contra la mujer.

III- La muerte, una realidad que a veces queremos olvidar y nos atrevemos a hacerle la guerra para poder vivir.

IV- Su arte literario: abundancia en descripciones, lenguaje armónico (con muchas rimas); el uso apropiado de los refranes y la magia usada para traer al presente con sus narrativas el pasado mitológico; la erudición al dividir lo religioso en dos: lo “dogmático” y lo “espiritual”.

V- Consejos y puntos de vista sobre conceptos que los seres humanos (muchas veces) tardamos en analizar para poner en práctica.

VI- Los aspectos ecológicos, ambientales y propios de nuestra naturaleza, están latentes.

VII- La pandemia.


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1) Cuando recibí su libro lo primero que dije: “este no puede ser el último, sino que es el penúltimo libro de su vasta cosecha”. Usted puede y debe continuar escribiendo hasta que el Creador la llame a su presencia.

Al iniciar la lectura de su libro, al abrirlo por primera vez y después de leer con atención el índice, me dirigí a la última narración (la número 173); particularmente me llamó mucho la atención el encabezado: “Por el mundo suenan tambores de guerra”; tal vez fue por el hecho de haber vivido momentos de guerra… ver muertos, heridos, sufrimiento, sueños destruidos, en fin todo el horror de una guerra; y, la presente guerra, no es para menos. Hay mucho poder de destrucción y el poder nuclear en manos “guerreristas” es capaz de exterminar al mundo (que es de todos y de nadie en particular) lo que nos vuelve extremadamente vulnerables como especie. Entonces me dije (pensando en la muerte y en esta guerra que ha escalado grandemente): “voy a leer el último relato, porque si de último se trata… último libro, última composición, pues -por si acaso- no vaya a ser esta mi última lectura, mejor y comienzo ya mi viaje imaginario sin retorno”.

En su composición No. 173 nos lleva a reflexionar profundamente en las guerras que se han librado en el mundo desde épocas remotas; tanto así que es para que ya supiésemos la lección de memoria, mas, sin embargo, aún estamos crudos en la materia… “no hemos aprendido nada al respecto”; más bien, hacemos todo lo contrario al concentrarnos en perfeccionar y almacenar las armas más potentes para “ganar” futuras guerras. A estas alturas de la civilización creo que es muy difícil presumir ser dueño de todo, tanto de las voluntades humanas, como de las riquezas de la tierra. Que si habla o si se trata de construir un mundo más humano y globalizado, vemos como todos dependemos de todos; entonces, si destruyo a otros, también me estoy auto destruyendo, ya que, necesito de ellos para sobrevivir.

Las guerras son horribles. Creo que lo mejor sería aprender a negociar, pero, con la verdad como estandarte, lo que sé que es difícil y que suena fantasioso; aunque es una realidad y no veo próximo un paraíso acá en la tierra sin entendimiento. Nos falta mucha educación, además de que es necesario aprenderse de memoria los significados de las palabras: libertad, respeto, confianza, tolerancia, justicia, etc., y, en general, aprender a actuar con y en amor al entregarnos y compartir con nuestro prójimo, todo lo bueno que tengamos para dar.

No sé si sea bueno tener libre albedrío porque tendemos a ser árbitros de los demás al grado de destruir al otro por considerarlo malo u opuesto a nuestros intereses.

2) Otro de los temas que me llamó mucho la atención es la importancia, la estima y la consideración que debemos de darles a las mujeres y, usted lo escribe muy claramente en la narración No. 61 que, aunque se habla mucho de este, usted lo expone en el plano de la realidad vivida en tiempos pasados. Han habido grandes mujeres y hoy también las hay; tal es el caso de “Malula”, “La mujer domada”, “La fierecilla doma”, y tantos otros. Y, la mujer, no es sexo débil, es la madre, la que engendra seres masculinos y femeninos; y, el hombre, hasta hace poco no le daba su lugar y esto vale en lo religioso, civil, familiar, en fin, vale para todos los niveles de la sociedad. La admiro a usted por ese mensaje fuerte y a la vez suave con que demanda a que se le dé el lugar correcto a la mujer por su naturaleza como tal ya que la mujer es la manifestación amorosa del Dios femenino.

3) La muerte. Observé que prácticamente está en casi todas sus composiciones… y es como usted lo dice: “nos olvidamos que somos mortales”.

Inicio con sus metáforas para referirse a la transición en ese recorrido entre la vida y la muerte :

a) “El eco mudo del silencio a diario lo mata”.

b) “El hálito divino se nos va”.

c) “Todo esta vivo … se sienten los efluvios sacros que desprende el cadáver”.

Conclusión, la vida es temporal por lo tanto hay que realizar el viaje de regreso a la fuente de vida.

d) “Fuego divino… la señora esquelética asoma su rostro”.

e) “La cadavérica errante se pasea por el mundo”.

f) “En la hora de la agonía, para el moribundo, todo es incierto. Y así, todos partimos”.

g) “No podía respirar… se destruyeron los reflejos”.

h) “Las bocas fantasmales de los espíritus de la madera descarnada han sido talados y lacerados de muerte”.

i) “Todo lo bueno y lo malo se redujo a la nada. Todo lo animado desaparece”.

j) “Te esfumas como hoja pulverizada y volverás a ser polvo de estrella”.

k) “La transición por ser dolorosa requiere de ayuda para suavizar el cambio”.

l) “Polvo eres y al polvo volverás”.

Yo agrego que es una sabia decisión aprender a no temer a la muerte, pero, esta forma será para el bien humano (claro está, si no se hace mal uso del libre albedrío). Al decir usted “habitando en algún sitio del cielo”, deduzco que significa que he muerto y mi eterna juventud dejó de ser. También nos dice: “por si acaso amigos todos les deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo” (creo que sería en el cielo)… sabemos que la muerte en cualquier momento llegará. La vida es la cruz; pero, esta cruz llevó a la muerte a Jesús. Lo capté y es que, al ser la vida corta, debemos de ser “amorosos” con las plantas, con los animales, con la naturaleza y sobre todo con los humanos.

4) Muy interesante la armonía que hace con el uso de los refranes bellamente expuestos en el No. 1: “nadie es víctima de enemigos cuando es asesinado por él mismo”. Consejos que de ser escuchados y obedecidos nos iría bien en esta vida temporal. Su poema “La sonrisa de la tristeza” que acompaña uno de los relatos, asumo que es nuestra vida en sí. Hay una frase entre líneas: “el interés por las riquezas materiales nos ha llevado a olvidarnos de la fe y del mensaje del Emmanuel”. Menciona la frase “mapa astral” que, desde mi punto de vista, es el trazo que hace Dios de la vida de cada uno. En fin, hay una riqueza de parábolas o metáforas en todas las páginas:

a) “Los peces fantasmales han sido animados”.

b) “En la tierra se baraja la baraja del destino”.

c) “… Santo Grial visto en los lirios y en las azucenas”.

Y continua con la religiosidad:

a) Jesús, es el Mesías. Esperamos su misericordia.

b) Éxtasis místico. Todo es sobrenatural.

Es admirable cómo y con qué facilidad armiza sus textos dándole otro matiz a las figuras literarias.

5) Por otro lado, están los consejos o definiciones desde el punto de vista de realidades vividas y que generalmente son de comportamiento universal entre nosotros, como bien lo expresa en el relato No. 1: “… debemos saber controlar nuestras emociones”, ya que el descontrol nos ha llevado a guerras indecentes y sin sentido entre países, entre parejas y entre amigos.

También está el hecho de dar gracias siempre como una búsqueda de paz mental y espiritual que le ayuda a entrar en comunión con Dios desde el fondo del corazón, lo que claramente aparece expuesto en sus relatos No. 2, 3, 4, 5, y, 6.

De tal manera que todo dentro de nuestro mundo es insignificante tan micro que desde algún punto del universo no nos ven. Esa insignificancia se encuentra sabiamente expuesta en el relato No 7. Entonces si somos mortales ¿por qué no ser buenos? ¿Acaso nuestra materia mortal nos despoja de todo? Yo insisto en que es el “amor universal y verdadero” lo que nos hará felices y de esa manera, seguramente, no temeríamos a la muerte.

6) En el relato “adviento y crucifixión”, nos guia para que cuidemos de los árboles que nos dan oxígeno. De nuevo remarca en el agradecimiento, pero, más específicamente al mar, a las aves, a las especies marinas y al cielo. Las flores, la lluvia, las piedras, a ellas hay que agradecer nuestra existencia.

Me encantó que, a pesar de tanto dolor y de mal comportamiento humano, aún usted visualiza muchas cosas bellas como por ejemplo:

a) “El concierto dulce de los pájaros frente a mi ventana”.

b) “El aire otoñal, impetuoso y cargado de brizna marina, rellena mis pulmones de vida”.

c) “Mariposas cafés de lunares rosados y blancos, revolotean hasta posarse sobre los corazones obscuros”.

d) “Me acoplo a lo que ofrece desinteresadamente la bondad benéfica de la madre naturaleza”.

7) La pandemia, o sea, la presencia real de la muerte. Grandes lecciones nos dio este virus, las que van desde lo real del ego humano hasta el cambiar la mala levadura que llevamos a la búsqueda de los valores espirituales que Usted sabiamente nos dice como una guia a seguir siempre: bondad, sinceridad, empatía, amor, paciencia, gratitud, perdón, humildad, solidaridad, y más virtudes positivas haría de nuestro mundo un lugar sin guerras, sin discriminación femenina, sin temor a la muerte; valoraríamos y apreciaríamos más a la madre naturaleza y, esta nos premiaría con menos enfermedades, en fin seria como el camino al paraíso.

Su libro “Mis escritos en tiempos de pandemia” ha sido de mucha utilidad. En algunos casos me cambió el “chip” de cómo ver la vida y a quienes me rodean. Siento que Dios le dará a usted más vida para que por medio de sus escritos y de sus “noches bohemias de pura poesía”, continúe llegando a todos los rincones del mundo con sus mensajes que tienen algo muy importante y es que Usted une las formas tradicionales de hacer arte literario con el uso magistral de la tecnología que, en esencia, este invento del internet es lo mejor que nos entregaron los hombres de ciencia y haciendo un buen uso de ello, la humanidad entera progresará más rápido.

Gracias Katia, artista literaria moderna, real y tecnológica. Su libro no es el último, es el penúltimo.

Hasta luego, con mucho aprecio, respeto y eterno agradecimiento.


Denis Torres Ayala

Crítico Literario

Nicaragua
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