Dar

El espacio de tu corazón
determina la libertad de tu vida.
El espacio de tu corazón determina
la calidez de tu hogar.
Mientras tu corazón esté lleno
tienes algo que dar,
al hombre y a la mujer,
en tu trabajo y en tu casa.

La calidez de tu corazón
determina la profundidad de tu amor,
el amor que recibes
y el amor que das.
El calor de tu corazón determina
el calor de los días,
para el hombre y para la mujer
con quien trabajas y con quien vives.

En este país tan pequeño
que los pueblos y ciudades
se han deslizado unos dentro de otros,
como los dedos de mis manos que entrelazo.
En este país
que está tan lleno
que los caminos y cunetas
están casi negros de enjambres,
debes proteger tu corazón
porque escucha:

El calor de tu corazón
determina la libertad de tu vida,
la profundidad de tu amor
y el calor de tu hogar.
Mientras tu corazón esté lleno
aún puedes darle algo
al hombre, a la mujer,
en tu trabajo y en tu hogar.