-
Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"Cerrar notificación
!!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!
Ecos en la oscuridad
Publicado por Robsalz en el blog El blog de Robsalz. Vistas: 480
-Que Dios guarde su alma y lo reuna con sus ángeles celestiales. Amén.
- Amén.
Así inició el momento más terrible de mi vida. Estaba encerrado en un espacio tan pequeño que no me permitía ningún movimiento. Podía sentir como algo se humedecia cada vez que respiraba. Lo siguiente que escuché (debo aclarar que tenía los ojos abiertos, pero no distinguía nada en aquella terrible oscuridad) fue el sonido de unos ecos y el peso de algo que caía haciendo presión en el cuarto donde me encontraba.
Lo último que recordaba era que estaba conduciendo mientras tomaba una cerveza y reía con unos amigos, luego todo lo que haya ocurrido se fue de mi mente.
Creo estar aún vivo, aunque posiblemente esto sea un sueño solamente, una pesadilla. Han transcurrido alrededor de dos horas desde que he despertado, aunque es difícil medir bien el tiempo en este estado. Está claro que no tengo movilidad y parece inútil tratar de gritar, al hacerlo mi voz se estrella contra una pared que simplemente hace que mi voz rebote.
Empieza a faltar el aire en este sitio, no sé las horas que lleve acá, pero ya tengo certeza de algo... fui enterrado, no sé cómo ni por qué, pero estoy dentro de un ataúd y es ahora que trato de impulsar mis piernas para romper la madera, pero no logro impulsarme, el espacio es muy estrecho. Tampoco sirve gritar ni intentar golpear con mis puños. Estoy destinado a morir encerrado en este lugar maldito. Si al menos lograra ver un rayo de luz, sería más fácil, tendría un lugar específico al cual dirigir mis pocas fuerzas que quedan. Escucho algo, parece como que rasparan la madera, como si algo intentara desprender el ataúd, podría ser la ayuda que preciso, posiblemente algún familiar o amigo ha querido verificar mi estado, alabado sea Dios.
Por fin escuché crujir una parte de la madera sobre mi cabeza, parece un hueco muy pequeño, algo intenta entrar, al fin me abrirán...
¡Dios mío ayúdame! ¡líbrame de este infierno!... son ratas... ratas asquerosas que en mí buscan comida y su propio escape.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario