EL AMOR Y EL DESAMOR

LA DICHA DE ADORARTE

Te encontré en el silencio de la noche,
te adoré como la Luna a sus noches;
te impregnaste en mi piel, como aroma de las ROSAS,
inmortalizaré tu sonrisa en el lienzo eterno de mi corazón.

Imaginé mariposas multicolores tatuadas con tu nombre,
descubrí paraísos de felicidad en el candor de tus besos
sabor a miel y en eterno sendero de tu mirar
me envolví en el dulce atardecer de tu rostro de amor.

Eres Rosas de la mañana, balada en rocío de la alborada,
eres lucero de mis noches de bohemia
y la ternura eterna de mis caricias.

Tú, musa de mis poesías, pentagrama de mis notas musicales
y la eterna rosa de mi Castilla, que se erige en el jardín de mis consuelo
en el ocaso de mis noches, cómo no adorarte,
si a tu lado descubrí el oasis de mi desierto.

ESPINA QUE LACERA

Cruel fue tu desamor, que como espina, lacera este pobre corazón
que un día te amó con locura y pasión.

Convertiste mi oasis de vida, en arena de desierto
que se dispersó entre furia como cruel tormenta.
Te volviste flor de desierto, que con sus ESPÍNAS
se perdió en el siglo de las soledades.

Fuiste el ocaso que se perdió en el gélido sendero
sin retorno de un atardecer cubierto en manto blanco
en la alborada de un adiós que destrozó ese amor
que abrazó el tic…tac.. del reloj, que en ecos
se pierde en el tiempo...

Autor: Alma Leticia Salinas.
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