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El libro de mi vida ( Día a día relatando mi historía)
Publicado por pequeña anie en el blog El blog de pequeña anie. Vistas: 1096
No se aún desde donde empezar el relato de lo que ha sido mi vida hasta ahora, podría empezar hablando de mi origen, mi nombre es producto de la combinación de mis abuelas Ana ( abuela paterna) y Lucía ( abuela materna), mis padres Narcisa y Guillermo, somos siete hermanos y yo soy la tercera de los hermanos pero tambien soy la primera hija mujer, son muchos los recuerdos que tengo de mi infancia de los cuales escasos son los que se podrían decir bonitos.
Recuerdo los gritos y el llanto de mi madre tras los golpes que mi padre le propinaba, recuerdo cuando escapabamos en medio de la noche a escondernos entre los matorrales, con el corazón acelerado y el miedo palpitante , nos manteniamos en total silencio para no ser descubiertos por el monstruo que era mi padre cuando se perdía en el licor.
No logro recordar si algún día mi padre tuvo alguna muestra de cariño, no fue nunca cariñoso, pero hoy en día me da mucha lastima, sé que tampoco tuvo una infancia bonita, que creció tambien en medio de los maltratos, que su madre nunca fue dedicada y cariñosa, en pocas palabras no recibió amor y por eso nunca ha sido capaz de darlo.
Sigo sin entender porqué mi madre ha aguantado tanto y mucho menos que aún siga con él ( ahora ya no la maltrata fisicamente pero sigue siendo soberbio con ella) aún sin comprenderlo no la juzgo, he tenido que vivir mi propio horror para dejar de preguntarme ¿porqué?.
He oído muchas veces que somos princesas, pues yo crecí creyéndome mendiga, siempre con sed de cariño, hambrienta de amor y con el frío de la inseguridad, vestida de miedos, cubierta de tristeza y bañada de llanto en la oscuridad, escondiendo mis emociones y disfrazando el dolor, aprendí a ser fachada de mi escasa autoestima.
_ Siempre con una sonrisa, no hay nada que la afecte
_ Es de acero
Es lo que decían mis familiares de mi, ocultaba cada sombra que llevaba, bloqueaba al llanto delante de la gente, cuando el miedo me trituraba el alma, apretaba el corazón entre mis manos y me repetía " no seas débil", dibujaba una sonrisa y soltaba alguna broma, mostrando ser de acero.
Pero en la oscuridad cuando el ronquido de mi padre prevalecia sobre los grillos o ranas que a veces en las noches eran la sinfonía, ahí, se rompia el acero.
Hecha un ovillo en el suelo frío las lágrimas emanaban como ríos, el dolor en mi corazón me cortaba la respiración, muchas veces soñaba con desaparecer ( así mi madre tendría un motivo menos para aguantar tanto, ya que siempre decía que era por sus hijos que no lo dejaba). Incluso pensé en algunas ocasiones dejar de existir osea terminar con mi vida.
Nunca tuve el suficiente valor para tan grande cobardía, pero no solo era la violencia de mi padre y su desamor, la cobardía de mi madre y sus justificaciones, había más horror sobre mi.
Todo empezó cuando yo tenía aproximadamente cinco años, me quedé dormida en una de esas ocasiones donde mi madre y mi padre parecían normales, una pareja viendo la tele a lado de una de sus hijas. me dejaron en la sala con la tele encendida y ellos se fueron a casa de mis abuelos que quedaba a escasos dos minutos, dormía inocentemente cuando de repente una sensacion me despertó, sentí miedo, entre abrí los ojos y volví a cerrarlos con mucha fuerza, no sabía bien lo que pasaba, pero sentía que era malo, un primo con escasos nueve años estaba encima mío tocando mis partes íntimas, me quejé, él se asustó y salió corriendo, enseguida subí mis braguitas y me cubrí con mi vestido aún sin entender que había pasado.
Cogí miedo a quedarme dormida y que me dejasen sola, no dije nada, quise creer que solo fue un mal sueño, creo que mi primo creía que estaba bien dormida y que no me enteré de lo que hizo, actuaba normal, incluso parecía que me cuidaba.
Pasaron meses, tanto que casi lo había olvidado pero volvió a pasar, esta vez estaba lloviendo, sentía frío y mi madre estaba viendo la tele conmigo, me dormí y otra vez me habián dejado sola, imagino que mi primo estaba en casa de mis abuelo y al ver a mi madre llegar corrió a mi casa, volví a sentir esa sensación y esta vez me desperté .
_ No he hecho nada - dijo y salió corriendo
No volví a quedarme dormida, procuraba no ponerme cómoda al ver la tele así no le daba oportunidad, pero no fue solución eso, pasaron un par de años entre los ocho y nueve, creo que al no tener oportunidad de pillarme dormida y al estar entrando en la adolescencia se atrevió a más.
Me quedé a cargo de mis hermanos pequeños, ellos estaban jugando en el patio y yo estaba barriendo la casa, entró y me quería besar y tocar, mi reacción fue golpearlo con la escoba pero el era mayor y ya entrando en el desarrollo , me la quito y me agarró con fuerza, tenia un brazo a la altura de mi cuello no sé como pude gritar por que me estaba ahogando, escuchó que la puerta se abría y me soltó al instante, era uno de mis hermanos pequeño que quería agua, corrí a coger a mi hermanito y salí de mi casa, me mantuve en el patio con mis hermanos por que él seguía por ahí, cuando se marchó al escuchar que mis padres volvían me miró y se acercó para decirme.
_ Si dices algo, diré que tú me provocaste y te aseguro que me creeran.
Callé por miedo, por verguenza incluso por que presentía que si, que le creerían a él.
( REFLEXIÓN)
Con tan solo nueve años tuve que crecer, ya era una madre para mis hermanitos, con esa edad mi madre me enseñó a cocinar, a esa edad aprendí a ver la mirada lasciva de los hombres, ¿Cómo una niña escurrida sin curvas, sin pecho aún podía despertar deseos y ser objeto de su ignorancia.
No es justificación pero la ignorancia con la que somos criados en medio de la insolvencia es descabellada, los padres deberían ser educadores de sus hijos en todos los aspectos, enseñarnos a caminar, a hablar, a cuidarnos, a protegernos, a ser alimentados de conocimientos incluso si eso significa educar en los temas tabues como el sexo.
En medio de la necesidad, me cuesta decir que fui pobre ya que tenía casa , era verdad que aveces la pasabamos canutas pero aún así teníamos comida, nos las tres veces al día en ocasiones pero comiamos, teniamos un techo, yo diría ahora que lo que fallaba era no aprovechar el espacio, mi casa era piso de madera y paredes de caña, desponía al principio solo de dos divisiones, una hacía de salón, comedor y cocina por que ahi teniamos la cocineta, la tele y comiamos en el suelo, la otra era el dormitorio donde recuerdo de primero dos camas en una dormían los pequeños con mis padres y en la otra los los hijos mayores.
Sobra decir que no había cuidado en el momento de que mis padres tuvieran relacciones íntimas, cuando eres bien pequeña no te despiertas en la noche pero según vas creciendo te pueden despertar los gemidos, el rechinar de la cama y los sonidos de la culminación del acto sexual.
Así es díficil que a un niño no le despiertes la curiosidad, supongo que si en ves de ser la tercera hubiese sido la primera de todos no hubiese vivido lo que acontinuación voy a relatar.
Recuerdo que al ir creciendo todos mi padre tuvo que conseguir otra cama, así fue como ahora las niñas dormíamos en lo que antes era la parte del salón , mis hermana de cinco años , mi hermana de siete y yo, en la habitación de mis padres dormían mis tres hermanos en una cama y en la otra mis padres con la pequeñita de meses , mis hermanos tenían el mayor trece años , el segundo once y el tercero tres.
Mis hermanos mayores estaban en el proceso de desarrollo, la curiosidad y la ignorancia por que no decirlo, imagino que en aquel entonces ni ellos entendían lo que se les despertó a esa edad y que en su inocencia de niños aún creerían que al estar dormida no me daría cuenta.
Dormía abrazada a una de mis hermanas, cuando la sensación ya conocida y tan temida me sobresaltó, no sé aún por que mi primera reacción no era gritar, pero algo me paralizaba al darme cuenta pensé ¿ cómo está aquí mi primo? y ¿ cómo se ha atrevido a ir a mi casa ? no podía moverme no se como solté un quejido que hizo que me soltase quien me tenía masturbándose entre mi entrepierna.
Me paralicé mas al ver que en ves de irse de la casa entraba al otro cuarto, ahí me di cuenta que no era mi primo sino mi hermano mayor, ahora también temía dormir en las noches, creo que al quejarme mi hermano se asustó y no volvió a hacerlo más. Hasta que otra noche volvió a pasar pero no era el mayor ahora era mi otro hermano, esta vez me desperté y él enseguida se fue, con él también fue la primera y ultima vez que me tocaba.
He vivido rodeada de cosas que hicieron que creciera creyéndome peor que basura, las niñas estamos tan desprotegidas que mil peligros nos asechan.
A spring le gusta esto.
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