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El mal del piojo resucitado
Publicado por luna roja en el blog El blog de luna roja. Vistas: 176
El mal del piojo resucitado
Esta semana me tuve que ir a vacunar. Era de suma urgencia, porque como bien sabemos, cualquiera de nosotros que tenga un mínimo golpe de suerte puede ser picado por la liendre que transmite el Mal del Piojo Resucitado, esta enfermedad que ataca a millones de argentinos y que se caracteriza por despertar náuseas no en el infectado, sino en los que lo rodean.
Sí, ya sé, no me digas que esto fueron 30 segundos de fama y que la semana que viene pasa al olvido sin penas ni gloria: a mí la vacuna ya me hizo efecto y lo tengo muy claro. El problema es que quienes padecen este Mal no lo detectan
a tiempo, y al no conocer los síntomas, comienzan a perder progresivamente la memoria y otras capacidades, convirtiéndose de a poco en el típico larvón que todos conocemos. Sí, el que sufre el Mal del Piojo Resucitado.
No es como el Zika o el Chikungunya, si bien este Mal también te deteriora físicamente, lo que primero te arruina es la vista. Dicen que cuando sentís la punzada, automáticamente a todo aquel que sea más pobre que vos, lo ves de color negro. ¡Te lo juro! Al mismo tiempo, el infectado con este Piojo puede mirarse al espejo y sin importar la tonalidad que porte, comenzará a verse cada vez más rubio. Es cada vez más rubio. Es una cosa increíble.
Cuando la enfermedad avanza y las consecuencias son más graves que el daltonismo, el infectado puede caer en un cuadro de ceguera paranoide del que es prácticamente imposible volver. Quien padece el Mal del Piojo Resucitado deja de ver con claridad, y además de una visión cada vez más borrosa, progresivamente va adquiriendo costumbres que ni siquiera eran de su agrado antes de la picadura. Olvidate de hacer tortas fritas cuando llueve, ahora compra galletitas de arroz y avena, que son más sanas. Un paciente agudo puede hasta dejar el mate y cambiarlo un café marca laponia que le hizo tomar su jefe y que dice que le encanta, aunque sienta que se va a incendiar por dentro de la acidez*.
Sí. El Mal del Piojo Resucitado puede hacer que te lastimes a vos mismo, la imagen distorsionada que tenés de la realidad hace que te creas una cosa y que actúes como si lo fueras. Dicen que se ha visto gente que alquiló toda la vida luchando para que le bajen las retenciones a los sojeros, pero yo tampoco me creo todo. Hay que estudiarlo más seriamente.
Todos podemos tener un conocido que puede estar infectado y no saberlo, pero no le muestres este artículo porque es como despertar
un sonámbulo a los gritos: dicen que se puede volver loco. Lo mejor es comenzar con pequeños ejercicios mnemotécnicos** dónde le recordás al infectado dónde nació y con quiénes creció, si es necesario mostrarle fotografías que le hagan notar la suerte que tuvo y lo mal que le podría haber ido si justo no elegía ese camino.
Mientras tanto, la única que queda es la prevención, porque la vacuna es carísima y aún no recibimos presupuesto del Ministerio para financiarla. Nos queda concientizar y ayudar a prevenir, y la cosa es bastante simple: hay que tratar de acordarse todos los días de dónde venís. Así, cuando te pique el Piojo y una fuerza superior te quiera subir a una nube de pedos galopante en la que mirás hasta a tus parientes por arriba del hombro, vas a tener los pies bien en la tierra, te vas a dar cuenta que no te comiste el mundo y que lo único que tuviste es una chispita de suerte que los otros no.
A ERIS., malco, José Valverde Yuste y 1 persona más les gusta esto.
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