Encina que me respira

Encina que me respira:

































































Cruzando montes, barbechos labrados,
vides de mis campos, pinares excelsos,
romeros, encinas, nogales lejanos,
hayedos, álamos, espinas bailando con espinos
brezos trepando espartos del monte
agradeciendo el rocío con humedad permisiva
de su tierra sostenida por la universal caricia
fuente elevada que el nacimiento del río
la montaña baja hasta la flor más sencilla
me invita a que son tus ojos dentro de los míos
los que se emocionan del aire, del frío
de luz brotando del fuego y erosión de lluvia
en los siglos que ya estaban de ellos ocupados
el descanso de caminar para seguir caminando
cielos de sol enraizado que esculpe y estampa
la vida contemplativa de mi ser
lo artificial que sea de lombrices grises de ciudad
que yo desde este nicho que sostiene mi cuerpo vivo
seguiré amando hasta lo más sencillo de la vida
desde el mosquito político hasta la sanguijuela alcohólica
sin yo caer en su juego, cruzo la era
y me encuentro con la virgen de La Encina
avanzo viendo el horizonte inmenso
por curar mi dicha atormentada
de un mundo que destruye el mío
ramblas que dan de beber mi sangre a las tierras
y más orgullo de nacer en ellas
de ver tanta belleza que ojos quietos no alcanzan
venas del agua y savia por el ciclo de vida elevar
desde el cuervo al lobo
desde el mochuelo al murciélago
desde mi amor a la tierra a tu retina
y en sombra el bosque la mente me invade
creciendo mi aliento en helechos
y de mis ojos te traigo hechos.


El Castellano