Escritor, Barillas Katia N.

DE LA JUVENTUD Y EL RACIOCINIO

"Es evidente que la juventud piensa rápido basándose en poca experiencia y que, el hombre maduro piensa lentamente basándose en mucha experiencia. La razón de la juventud está muy lejos de estar siempre en lo cierto, porque la juventud está tratando de razonar sin datos adecuados.

... Obviamente, un arreglo ideal sería que uno tuviera la experiencia de la edad y la vitalidad y la visión de la juventud".

L. Ronald Hubbard * Cienciólogo
EE. UU.

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ANÁLISIS PERSONAL.

¡Cuánta verdad! Como dijo el nicaragüense más universal, el poeta, don Rubén Darío, en su poema "Canción de otoño en primavera":

'Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver,
cuando quiero llorar, no lloro y,
a veces lloro sin querer'.

Creo que en la vida, como bien dijera el poeta español, Ramón de Campoamor:

"... Y es que en el mundo traidor nada hay... verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

Me detengo y agrego que mientras la consciencia esté en paz y tengamos deseos de vivir, no importa la edad de la materia en la que se vive.

Hoy día, existe arreglo para todo. Aunque se debe de tener cuidado en no caer en la labia de falaces sinvergüenzas e inescrupulosos. Antes de tomar cualquier decisión al respecto, debemos asegurarnos en manos de quien estaremos para no poner la vida en riesgo; por lo que, retornar un poco a la lozanía de los años mozos, ya no es un problema. He visto personas de ochenta con cuerpos de treinta; otras con cuerpos de quince y caras de arrepentimiento; y, las menos afortunadas económicamente, recurriendo a filtros de cámara (lo más común y accesible para todos).

Estoy convencida de que la vanidad nada tiene que ver con la muerte de la consciencia. Hay quienes viven día a día preocupados por la apariencia. Me parece que, hay que preocuparse más por un estado físico saludable que exponernos, por ejemplo, a cirugías estéticas que son "pan para hoy y hambre para mañana"... y lo hemos visto mayormente en varias actrices y actores; y yo, particularmente, he conocido a gente del común, o sea, individuos que no viven de su imagen y que han recurrido a liposucciones, reducción o ampliación de los senos, tratamientos de bótox, etc. Muchos de ellos se arriesgan a que los dejen "maltrechos" y, en casos extremos, hasta han pasado a mejor vida.

Conste que, estoy a favor de quienes quieren lucir bien y, en contra de quienes arriesgan la salud por conseguir "verse bien" (aunque sea dentro de un cajón de madera).

La muerte de la consciencia -en vida- (conste que, el alma es inmortal) se da hasta en jóvenes que han perdido el gusto por vivir. El alma se les enfría a menos 0° y recurren al suicidio directa o indirectamente. Pero, ¿quién ha sobrevivido con el alma congelada? ¡Nadie! Es aquí donde entra en juego el raciocinio, como bien lo dice Hubbard en otro acápite: "lo contrario a sobrevivir es sucumbir".

Por tanto, se debe de aplicar la razón a todo lo que hagamos. Detenerse y analizar situaciones, nos llevará a conjeturar en las circunstancias (pro y contra) y eso no nos costará la vida entera... no hacerlo, nos puede hacer perecer inesperadamente. En este caso asumo que "el fin justifica los medios".

Si tenemos la dicha de tener más o menos de cincuenta años, agradezcamos a Dios. Yo le agradezco a Dios el solo hecho de haberme permitido estar aquí por más de medio siglo, porque lo considero una bendición.

Recordemos que todo lo adquirido es ganancia. No hay pérdida en lo esporádico y tampoco perdemos lo que creímos tener, mas, sobre todo, si lo que creímos nuestro nunca lo fue y jamás se tuvo.

Gracias por su atención.

©Katia N. Barillas
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