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Los crímenes de Bianca (Regina)

Publicado por Robsalz en el blog El blog de Robsalz. Vistas: 72

- ¿Regina?

- Sí, ella es la siguiente que apunté en mi lista.

- Regina era una mujer muy callada, demasiado diría yo – volteó a mirar a una pareja que se deshacía en un beso, miró a su compañero, le lanzó un beso como broma y entonces volvió sobre el asunto – la cosa como te dije antes es que esta chica era en extremo callada y buscaba conectar con su yo interior.

- A este punto debiste estar harto del maldito.

- En realidad – dijo Larry afinando la voz – yo no entré en el caso hasta varios asesinatos después, muchos después. El inepto que pusieron sobre el asunto es un bueno para nada, sabes, para estas cosas se ocupa un tipo sin estómago, ¡con nervios de acero!

- Tal vez algún día yo pueda entrar a trabajar en homicidios.

- Te falta espuela, pero conmigo podrías aprender.


Anotaciones de Larry

El silencio es un tesoro, las personas calladas tienen la cualidad de escoger mejor a quienes harán confidentes. Claro, algunos equivocan el camino, la felicidad en ocasiones se parece a una caricatura, aclaro, solo en ocasiones. Si Regina no hubiera escuchado a su “amigo” cuando este le instó a ser parte de las charlas, aún estaría con vida, desgraciadamente el otro tampoco sobrevivió.


Diario de Bianca, página 26

Regina no participaba de aquellas reuniones los fines de semana en el templo, nunca había asistido a mis charlas sobre superación personal, había llegado mediante otro de los asistentes quien me comentó al respecto y no vi ningún problema en que ella se incluyera en el proyecto, nunca está de más alguien dispuesto a ser mejor persona de lo que es y Regina, ella se notaba con serios problemas de autoestima, de tiempo, era una chica perfecta para estar ahí.



Anotaciones de Larry

En mis años en el departamento de homicidios uno termina por ver tantas cosas, que llega el momento en que sientes que, si el día es tranquilo, es porque Dios se olvidó de ti. La pereza, la tranquilidad, esas cosas reprimen al ser humano, todos necesitamos adrenalina, aunque nos la administramos de formas distintas.



Diario de Bianca, página 27

Durante una de las charlas le hice la consulta de si tenía a alguien que la escuchara.

- Por lo general no, aprendí a escucharme a mí misma.

- La felicito, la voz interior es la guía que ocupamos muchas veces. Me da curiosidad que siento que usted cree mucho en las auras, en las relaciones que tenemos con la naturaleza en general, no solo con las personas.

- La energía nos conecta a todos, las cosas, las personas, los animales, y las almas.

Y, sin embargo, aquella mujer parecía disfrutar el viaje terrenal que llevaba a cabo, como si supiera que sus acciones simplemente eran algo que el destino tenía escrito que debía suceder ¡qué coraje! ¡qué envidia!, yo no podría vivir la vida a como ella la llevaba. Siempre que nos veíamos usaba vestimenta de personajes de manga, de caricaturas, de seres fantásticos. Ella en sí misma era un ser fantástico y yo necesitaba ver la vida desde su perspectiva.



Anotaciones de Larry

Creo y es solamente mi opinión, que de las personas a las que este sujeto ejecutó, probablemente ninguno tenía una conexión tan fuerte con la naturaleza, con la vida, con los animales, como la que ostentaba Regina, aún a pesar suyo de ser una chica que se aislaba con frecuencia.


Expediente 20240701-RG

Regina Q. Mujer soltera, vida estable, sin vínculos con el uso de narcóticos o psicotrópicos. De vida tranquila. Familia conocida.


Recorte de periódico

La brutalidad de los actos no pareciera un accidente. Sin embargo, la policía sospecha que se trate de un ajuste de cuentas o algún tipo de venganza, no obstante, por las averiguaciones que se pudieron hacer sobre la víctima mediante entrevistas a vecinos y otros conocidos, el hecho no parece concordar con este tipo de crimen. Se continúa en la búsqueda de posibles lazos que lleven a conclusiones más certeras al respecto.


Diario de Bianca, página 29

Con un amigo de la infancia conseguí pasaje a peleas de perros clandestinas. Es increíble lo que esas máquinas pueden ocasionar en sus contrincantes, me queda la duda si será posible emular ese mismo acto de salvajismo contra una persona acostumbrada a tratar de buena manera con los animales.

- Estos perros no son precisamente amigables – me dijo el chico que estaba a cargo de las peleas.

- Lo único que preciso es realizar un experimento científico.

- ¿Con quién? – entonces me lanzó una sonrisa que no ocultaba su satisfacción por aquella idea.

Quedamos de vernos en las afueras del condominio donde sabía que vivía Regina, llevaba un par de días observándola, siempre sacaba a pasear a sus perros por las tardes, la ronda se extendía alrededor de una hora, y siempre era a la misma hora, aproximadamente. Llegamos en una Vanette de color blanco, vidrios oscuros y con buen tiempo. Cerca de veinte minutos después allí estaba ella, con sus dos mascotas, le dimos doscientos metros de ventaja, el carro comenzó a moverse lentamente, luego aceleramos un poco hasta alcanzarla.

- Disculpa, ¿cómo hago para regresar al centro? – le preguntó el encargado de las peleas, que oficiaba como chofer.

En el momento en que amablemente se disponía a contestarnos, un tercero apareció detrás de ella y la golpeó por la espalda, yo bajé de prisa, ayudé a subirla al carro y emprendimos viaje. El sitio donde nos dirigíamos se encontraba a poco más de once kilómetros, trayecto durante el cual nos tocó hacernos cargo de ella, yo terminé golpeándola con una valija que estaba ahí.

El sitio era el mismo que yo había visitado anteriormente, un lugar casi en estado de abandono, abrimos los portones, el dueño ingresó en el vehículo, bajamos a Regina a como pudimos, se defendió, me dio un par de buenos golpes, pero luego cuando fuimos tres, sus fuerzas no pudieron ayudarla, entonces quedó arrodillada, mientras lloraba preguntó el motivo por el que estaba ahí. Le aclaré que simplemente se debía a un experimento científico que queríamos corroborar.

Arrastrada la condujimos dentro de las instalaciones, ahí estaba el chico que la golpeó para subirla al vehículo con tres Staffordshire Bull Terrier, hambrientos, con ganas de saciarse.

En la noche, cuando la dejamos a la entrada del condominio (o al menos, dejamos lo que los perros despreciaron) nos dimos cuenta de algo, no todos los animales reaccionan a la voz humana de la misma manera, algunos no entienden razones, ahí acababa el experimento.
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