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Melodía hebraica

Publicado por malco en el blog El blog de Malco / El solar de la palabra.. Vistas: 288

Melodía hebraica

¡ Pastores que abreviáis vuestro ganado
junto a la fuente de la verde loma,
decid en qué desierto, en qué collado
ha posado su vuelo mi paloma !

Volverá la cercana primavera
y tú no volverás, sol de mi día.
Te aguardo en el Cedrón de la ribera:

¡Ven, sin temor, levantate, alma mía !

Porque, sin verte, a mi pesar yo muero,
porque ya siento sin calor la vida,
y el arpa del amor, porque te quiero
la tengo de los sauces suspendida.

Aquí te aguardo en tardes y mañanas
y cuento mi dolor a las estrellas
viendo las tiendas de Cedar lejanas
al blando cabalgar de mi camellas.

Si yo la esencia de tu ser no aspiro
junto a las aguas del Jordán risueño,
no hay olas que suspiren si suspiro,
ya no hay almas que sueñen cuando sueño.

Lirios de Edón y de Gessen palmeras,
Campos de Jericó llenos de rosas,
Viñedos de Engadi, verdes praderas,
ricas en flor y mieles olorosas,

altos cedros que el Libano levanta
palomas que allí vierten sus querellas
suspenden su arrullar cuando ella canta,
inclinan su dosel si pasa ella;

porque caminas como hermosa nube,
y con tu acento el alma me recreas,
y es más dulce que el arpa del querube
el canto de las vírgenes hebreas;

porque en tus ojos, luz de la alborada,
para mirar tu corazón me asomo,
y tu boca cual flor de la granada
para mi guarda ciprio y cinamomo.

No soy la pecadora Magdalena
que vierte el vaso del aceite santo
a los pies de Jesús: una azucena
le ofrezco solo a tu celeste encanto.

Mas si pudiera verte yo a despecho
del mundo entero, humilde violaría
y ante tus pies el óleo de mi pecho
el vaso del amor lo rompería.

Como flor agostada del desierto
mis bellos días pasarán sin verte,
y como el Hombre-Dios allá en el huerto,
triste llevo mí alma hasta la muerte.

Nadie en el valle por mi mal me nombra;
mi cielo está cubierto de tinieblas,
y tú misma tal vez solo eres sombra
de aire y de luz, de aromas y de nieblas.

Un beso! no...que en tus volubles giros
tus blancas alas empañar pudieras;
yo besaré en el viento tus suspiros,
besaré tu recuerdo cuando mueras.

Si eres una ilusión que se evapora
y oculta solo en mis entrañas Ardes,
huye con la sonrisa de la aurora
vuelve con los suspiros de la tarde.

Autor: Miguel Sanchez Pesquera.
Venezuela (Cumana) 1851-1920.
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