No te preocupes Sebastian.

No imaginas cuánto te quiero mi Sebastian
y sabes cuánto me esmero
porque en la noches,
tu comida,
llegue primero.

No, no te preocupes mi Sebastian,
no desaparezca tu risa
por este tiempo seco,
donde el alimento es escaso
y el trabajo para los adultos,
es algo incierto.

No temas
cuando no tengas almuerzo,
no volverás a sentir
el llanto del estomago
doliendo.
Tu Clari está aquí...
algo por ahí me invento.

Yo sé pequeño mío
lo que es sentir hambre.
Sé perfectamente lo que es dejar de comer
para que comas.
Porque no importa mi hambre más que la tuya
la sonrisa de esperanza que te ofrezco
y el aire que me permita conseguir el sustento,
llenará de tranquilidad tu noche
mientras mañana pienso
que resuelvo.





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