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NO TE QUEJES, MUNDO y ANTÁRTIDA
Publicado por Luis Libra en el blog El blog de Luis Libra. Vistas: 649
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Deberías saber
ya a estas alturas
que el capitalismo es la ley de la selva
escrita con letras de neón,
olor a perfume francés
y algún sorteo amañado incluido
entre sus supuestos beneficiarios.
Que las dictaduras son una sabana
donde solo hay
una pequeña banda de leones sanguinarios
y cebras cojas y asustadas (a millones)
Que el tercer mundo solo es entendible
desde la retorcida imaginación
de algún sádico guionista
hijo de padre yonki y maltratador
y de una puta vieja y sociópata
de Hollywood.
Deberías saber también
que si en tu lindo país primermundista
te suben el precio de la luz
sesenta veces al mes,
ganas menos de mil doscientos euros,
te doblan el alquiler de tu mierda de piso
y/o tu médico de la seguridad social
te da cita para dentro de dos años,
el único culpable eres tú,
por no haber hincado los codos
entre libros como un cabrón
mientras tus colegas estaban de fiesta
hasta el amanecer,
por no haberte hecho político,
no haber embarazado a la hija feúcha
y tonta (o a su hermano gemelo)
de un gran accionista
de alguna empresa energética,
o por no haberle robado
ese exclusivo rincón de selva
a algún buen y desafortunado tigre
caído en desgracia
por borracho cascarrabias
o jodido vegetariano.
______
Jeques, capos y excomunistas gozan del sol de los faraones
en las playas de Marbella y Bora Bora. Atomatados seres, adictos
a la caza mayor y a los tangas menores de edad apestan el aire
en los dominios y satélites de la Commonwealth.
Dos jóvenes centroafricanos regatean su destino, apuestan
al poco o nada, cual Ulises en una epopeya sin trascendencia
ni puerto posible, concluida entre el frío abrazo de las algas
o en un topmanta de Las Ramblas, mientras, La Sagrada Familia
anochece entre lunáticos roncos de salitre y flashes de insolidaridad.
Millones de orientales desfilan mecánicamente hacia sus celdas
de trabajo; (sobre ellos, un cielo con el logo de Cocacola desachina,
pulveriza por momentos, sus flacas almas de arroz.) Hombres de piel
y suerte oscuras aprenden a no soñar bajo pena de genocidio,
sus mujeres ofrendan - bajo la ley del silencio y el horror- sus vaginas
a los soldados pervertidos y podridos del dios coltán. El desierto arde
como nunca y la selva sangra su verde razón a borbotones.
La ONU es un aburrido guiñol. La Tierra es el puto infierno animal.
Los niños del primer mundo crecen dentro de un Iphone.
Robinsones en metro, líricas de oficina y trances de semáforo.
Resulta que Adán y Eva llegaron tarde a clase de planificación familiar.
Hoy Julia se ha reencontrado con el sol veinte años después.
Juan descubrió el fuego arrastrándose por el espacio bajosideral,
y ha escrito a Julia su penúltimo y mejor poema sobre la tenue popa/
constelación de un bucólico y sugerente McDonalds en una urbe
cualquiera del siglo del ansiolítico y el grafeno, los cíclopes del fútbol,
el marketing y la telebasura,
justo
antes
de
cerrar.
____
Camino por la Antártida.
El sol -color yema de huevo radioactivo-
amarillea la senda de hielo.
una estalactita adorna mi nariz.
Al fondo un horizonte tan minimalista
y bello como falso.
Falso como el dios tántrico del desierto
o la filantropía del soviético Marte
las noches de insomnio.
Falso como Pretty Woman, el Yeti,
el ecologismo de gatillo, el bitcoin o las banderas,
... como la moral inescrutable
de la grey de Trump.
Falso como el pato Donald, el Ratoncito Pérez,
el "Liberté, égalité, fraternité",
el euribor y los Reyes Magos,
o como aquella supernovia
que me juró amor eterno
hasta aquel maldito 27 de agosto del 85
-semana después de la apoteósica
inauguración de mi primer acné-
Falso como cuando me da por escribir
poemas excesivamente líricos,
cuando mis musas desfilan ante mí
(con sonrisa angelical y sus camisetas
empapadas en lluvias de cerveza)
Falso, tan falso como el discurso
de los representantes del cielo en la Tierra,
como los bienintencionados consejos
de Fermín, ese pobre alucinado
que nos bostezaba a Kant en 2º de BUP;
como los best sellers de autoayuda
o de cómo poner el mundo a tus pies en 40 días,
y como los de todas las putas empresas de marketing
y publicidad
que, cual moscas cojoneras,
me han acompañado
sin despegarse de mí
desde que tengo uso de memoria.
Y más aún...
Falso como mis 101 mejores amigos
de trópicos, negocios y borracheras,
como el enano estafador que me vendió el Audi
con la culata de sexta mano,
o el trajeado de la agencia de viajes,
que me aseguró que en el Polo Sur
encontraría mi karma y a mi medio kiwi
vestida de esquimal, en un iglú,
amante de los osos polares y el sashimi,
y sin animadversión a compartir la vida
con un tipo que siempre desconfió
de los ambientes demasiado cálidos
y confortables.
¡Qué gilipollas...!,
en la Antártida no hay osos polares.
_______
A nelson majerczyk le gusta esto.
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