Palabra fusilada

Palabra fusilada

Lleno con una lágrima
el papel de versos de seda
plasmando mi oro
de la cuerda que me sostiene
sólo en tus ojos
sembrando el aliento
para florecer el viento
y que llegue el refulgor
fulgente de Miguel Hernandez
resucitado por la amapola de su sangre
luces, fuego, silencio dormido
ruído en relámpago
que raja los cielos
siendo sangre de tus ojos
el cuervo grazna
y la lombriz me habla
que vaya vergüenza para la patria
fusilar poetas de sus entrañas
ni que valiese ideología
más que una vida
las calles aún aúllan sus versos
y en las fuentes reposa su aliento
volvieron sus almas
en golondrinas
libres para ser el único pájaro
que desde pueblos a ciudades
trina su gozo de elevarse
así su hálito de vida
y verso plasmado
jamás desaparecerá.


El Castellano