1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Perfiles Psicológicos (Tadeo el analítico)

Publicado por Robsalz en el blog El blog de Robsalz. Vistas: 69

Hay algo buscando salir en este muchacho, lo sé y más que saberlo, lo veo. Detrás de aquella cara de chiquillo hay algo que quiere salir, pero se abstiene de hacerlo. A Tadeo lo delata esa risa nerviosa que explota sin que él quiera revelarla, lo delata aquella mirada que parece mantenerse fija y cuyo desvío es casi imperceptible a la vista humana, pero, sobre todo, lo delata esa manera de ser, donde tiende a esconderse para no encajar en un mundo plagado de infecciones.

Era tarde de videos, realmente era tarde de martes, pero eran dos los casos que apoyaban la denominación anterior. Tadeo, a sus años aprendió a desconfiar casi de todo, aludiendo a reflexiones que lo llevan a pensar que la humanidad es más perversa de lo que aparece en noticieros, hasta llegar a considerar el hecho de que existe multitud de personas fabricantes de pensamientos intrusivos, algunos de ellos, tan cercanos de él, que en su caso, prefiere no salir de su casa más de lo estrictamente necesario, así salva su mundo y evita exponerse a temores que no ocupa tener, sus mascotas se encargan de hacerle el mundo más llevadero. Y tiene razón, las hay. Los pensamientos intrusivos son ideas o imágenes que aparecen ante nosotros, de forma involuntaria y que pueden ser desagradables, inapropiados o molestos. Pueden ser repetitivos y pueden interferir en la vida diaria de una persona. Estas imágenes o maneras de pensar pueden ser catastróficas, escandalosas o incluso inmorales, desarrollados por diversos temas como agresiones, el temor a pecar y pueden causar ansiedad de tal manera que perdemos la calma.

También debo mencionar algunas cosas que pasaron entre lunes y martes, pero que antes no tuve tiempo de escribir, se me borraron de la mente o simplemente estaba cansada, en cambio, ahora estoy recostada, con una cerveza ligera en la mesita del dormitorio y un snack a base de galletas, mayonesa y atún.

Dice la matemática que el orden de los factores no altera el producto, por lo que en este caso empezaré de atrás hacia adelante, recordando el punto del martes y este, me llevará inmediatamente al punto del lunes.

- Esas cosas son básicas – Donato se refería a cosas que consideraba como normales en la intimidad de una pareja, como darse de nalgadas o jalarse el cabello.

Donato se había despedido hacía cinco minutos, pero se quedó de pie para escuchar la conversación que teníamos Vinicio, Sandra, Nicolás y mi persona, sobre las cosas que activaban la chispa del placer en la cama, la duración del acto y otros puntos relacionados entre sí.

- El promedio, aunque no lo crean es de siete minutos y medio – nos dijo ante la cara de asombro de Vinicio.

- ¿Tan poquito? – Vinicio debía ser de esos superdotados que rinden una hora al máximo nivel.

- Sí, o sea, en el mete y saca, puramente hablando – entonces Donato se sonrojó con sus propias palabras.

- ¿Sin estar solo en el misionero? – le indiqué – hay gente que vive así.

- ¡Ay no! Qué aburrido - luego se volvió a despedir y se marchó pacíficamente.

- Doc, doc – y sí estaba escuchándolo - ¿por qué usted nunca me escucha? – el tono de piel en el rostro de Vinicio había cambiado.

- Porque tiendo a ignorar ciertas voces.

- Doctora, respéteme.

- Yo lo respeto Vinicio – y así lo hago, de hecho, pondría mi mano sobre el fuego para sostener lo dicho.

- Yo solo espero que tenga una buena impresión de mí – alardeó Sandra desde su esquina, ¡una buena impresión!... no Sandra, no se le pueden pedir peras al olmo.

Esta conversación tiene referencia con un episodio del lunes, del que fueron observadoras omisas Isabel y Evangeline durante el almuerzo, cuando nos encontrábamos en medio de una partida de videojuegos.

- Espero que esté guapo.

- ¿Quién? – le respondí a Evangeline, antes de que Isabel llegara a la sala.

- El hombre con quien se escribe.

- Sí, está guapo.

Era el abogado, teníamos exactamente once días sin escribirnos, sin saber nada del otro, ese tiempo había transcurrido desde la tarde de Halloween, tan placentera y, sin embargo, con un final tan doloroso. Estaba agobiado, ya no podía más, ya no soportaba tener que intimar con su esposa, así tal cual me lo confesó. Parece ser que la dama en cuestión cronometra su actividad sexual, limitando a un minuto la acción previa (oral incluido) y a cuatro minutos el resto, y el resto, incluye un abrazo final, sea que el abogado haya concluido o no. Esos cinco minutos ya no bastaban, porque no le daba chance al abogado de planificar ni improvisar prácticamente nada (este es el ejemplo que le debí dar a Donato, sobre la gente que se limita al misionero, por un lapso de tres o cuatro minutos y luego, nos fuimos). ¿Qué consejo podía darle yo?, le dije lo único que podía dada mi posición con él, que siguiera allí, por las apariencias, hasta donde estas le dieran oportunidad y por sus hijos, yo tal vez no era de mucha ayuda, pero podíamos distraernos mutuamente, estuvo de acuerdo. No sé por qué, pero me dio por mencionarle sobre estos paupérrimos borradores donde trataba de describir aquellas escenas censurables que protagonizábamos y le dio curiosidad leerlos, entonces le pasé una parte de los escritos y quedó encantado con la narrativa, a pesar de estar claros que nunca voy a ser escritora, porque la literatura no se me da bien. yo solamente trataba de levantarle un poco el ánimo y creo que al final lo conseguí. Luego vino lo de la videollamada, pero la misma tuvimos que cortarla al par de minutos, porque su esposa estaba llegando a la casa y la castidad hay que cuidarla.

Ahora toca hacer la aclaración sobre la tarde de videos a la que hice referencia al inicio de estas hojas. Camino a la casa me escribió Tadeo, me envió un video sobre gente inescrupulosa que estudia psicología para hacer eco de los chismes ajenos y luego publicarlos en libros o blogs ¡qué infelices!, lo peor es que debe existir gente así, luego vino lo de su análisis de la gente y un grupo de gifs que respondían a la conversación.

Dos horas antes, Sandra me envió un video y ante la carcajada que se me vino casi al instante, me preguntó el motivo de la risa.

- Esta gente del colegio que le pasa a uno cada cosa.

En realidad, el video en cuestión me lo enviaba ella, era Vinicio, al mejor estilo de Luis Miguel, sosteniendo el micrófono en un karaoke, plácidamente sentado, sin parpadear para que la letra no se le escapara de la pantalla. Si La Llorona fuera real, Vinicio podría ser su banda sonora.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario