Poema LIX: El arte del amor

Objeto más amarillo que los girasoles de Van Gogh,
donde garúa y chispean distantes relámpagos,
y el alma queda mojada y flotan pétalos de girasoles,
nadamos en él como un colorido cardumen…
aguas diminutas al estrago,
se endurece la fresa de idilios y dolores,
ante una cristiana sepultura que solo dice Amén.

El arte, la paranoia del amor… una fobia,
los mismos demonios álgidos
un santo hexakosioihexekontahexafóbico,
rechina cada respiración, cada latido,
una imagen que habla y telúrico,
tristes chimeneas de una casa,
arte del amor, palabra que agobia
que corta y cura con gasas.

Entre la inercia que respira la vida,
una mujer como La Monalisa de Da Vinci
misteriosa costillar, maltratada y agredida,
dislexia temerosa, cuando la conocía.

Bellísimo amor… espero yo mismo,
sentado y no llega nadie,
sea tal vez un ogro feroz,
sea la infraestructura del ocultismo,
el amor es mecenas de la banalidad
suprime la paranoia que convergemos,
es el atajo de dos mundos separados,
y aunque miente, dice la verdad.

Corta las alas de los enamorados,
y llama, llama fuerte con clamor,
porque en su cuerpo lleva encerrado:
¡el bello arte del amor!.