Poema XIX: No soy poeta

No soy un poeta,
¡qué gran mentira!,
Octavio paz, Neruda o Vallejo,
a sus poemas estoy lejos;
son vibraciones de guitarras y liras,
ellos sí que son poetas.

La desilusión tocó,
a veces soy filántropo
y a veces narcisista,
son repetitivas mis rimas,
tontas como un cuadrado sin aristas,
no tiene el sonido único que mima.

No soy un escritor,
solo desahogo mis resentimientos
porque es terapia para el alivio,
no soy poeta, solo escribo remordimientos,
y soy un desafortunado en el amor,
alguien que siente que todo lo vivió.

No soy un poeta,
finjo amistad en mi misantropía
afirmo aún cuando quiera negarlo,
soy el farsante que apoya tetras,
soy noble, pero repleto de cobardía
y mis poesías no me atrevo a recitarlos.

Yo no soy un poeta,
me escondo en un apelativo,
y solo me consuela la luz del horizonte
el destino es cruel y reta,
tal vez de negarlo este incentivo,
cada día es un enorme golpe.

Jamás seré un poeta,
no sé pelear...
mis dedos ansiosos escriben,
tergiversan cada palabra, cada letra,
porque a la vida no puedo ganar
y en la desgracia, nada se recibe.

Soy joven, pero estoy cansado,
aún no tengo ninguna cana,
inevitable es alguna arruga en mi cara
y tanto y tanto, poco he alcanzado.

Yo no soy un poeta,
palabras que se repiten
que no emiten sentimientos,
mis palabras son coquetas
y al amor describe,
tal vez sea por un juramento.

Yo no soy poeta,
presiento que hoy es mi último día
y nada ni nadie me recordarían
y aquí en espíritu dolido,
se encoje y se agranda esta grieta
jamás seré poeta,
me digo y me afirma el destino